miércoles, 21 de julio de 2010

Recuerdos del futuro

Normalmente los aficionados a la ciencia ficción solemos acercarnos antes a la fuente original de una historia (normalmente en forma literaria) que a sus posteriores adaptaciones a otros medios. Creo es un síntoma de nuestra pertinaz adicción a otras realidades, que provoca que devoremos cualquier material que caiga en nuestras manos.

Bueno, pues en esta ocasión me encuentro en el caso contrario (por cierto realizado conscientemente por mi parte), en el que he visto primero la adaptación en forma de serie, la ya cancelada gracias a Dios, FlashForward (y eso que apuntaba maneras en los primeros capítulos como puedes comprobar en el artículo y comentarios de la siguiente entrada: "Primeras impresiones sobre FlashForward"), para revisar con posterioridad el texto original escrito por el canadiense Robert J. Sawyer.

Robert J. Sawyer es uno de esos escritores que surgió fulgurantemente a principios de los 80 vía relato corto y que conoció pronto las mieles del éxito en forma de premios de tanta relevancia como el Aurora, el Nebula o el Hugo, gracias al replanteamiento de los argumentos básicos del género. Por ejemplo en "Golden Fleece" donde una inteligencia artificial dentro de una nave espacial se transforma en una asesina, o en la tetralogía "The Quintaglio Ascension" donde estudia el tema de los dinosaurios inteligentes, o en "Starplex" donde redefine la space opera o en "Factor de humanidad" donde analiza el primer contacto con una raza alienígena. Todos argumentos archiconocidos para los amantes al género.

Ahora bien, por incongruencias de la vida todavía no he tenido posibilidad de leer ninguno de los libros anteriores y mi primera lectura de este autor corresponde al libro que hoy estoy analizando, "Recuerdos del futuro", el que tal vez tenga el argumento más original dentro de su obra hasta el momento:

"El equipo de investigación de Lloyd Simcoe y Theo Procopides está empleando el acelerador de partículas del laboratorio del CERN de Suiza en un proyecto secreto. Pero su experimento sale terriblemente mal y, durante un par de minutos, la conciencia de toda la raza humana es arrojada veinte años hacia el futuro.

Mientras la humanidad debe restañar los catastróficos efectos inmediatos del experimento, las implicaciones más serias tardan algo en aparecer. Aquellos que no recibieron visiones del porvenir tratan de descubrir cómo morirán. Otros buscan ya a sus futuros amantes. Lloyd deberá superar la culpabilidad por haber provocado accidentalmente la muerte de la hija de su prometida, mientras Theo se ve atrapado en la investigación de su propio asesinato.

A medida que las verdaderas consecuencias de lo sucedido comienzan a hacerse claras, la presión para repetir el experimento aumenta sin cesar. Todos quieren un destello del futuro, una oportunidad para saltar y ser testigo de su éxito... o para aprender a evitar sus errores."

Y mira tú por donde eso es la único bueno del libro, la reseña, que es capaz de activar la imaginación de cualquier aficionado al género, pues es resto es bastante anodino. Se trata de una mala combinación de las intrigas de Isaac Asimov con las discusiones filosóficas de Arthur C. Clarke, en un revuelto sinsentido, donde nos inunda de teorías paralelas sin tomar partido en ningún momento por alguna de ellas. Los personajes producen nula empatía y la evolución de estos es cuasi-infantil. Lo que se podía haber convertido en una alucinante novela de intriga con dos vertientes bien distintas, la búsqueda de la razón del desplazamiento temporal y la del asesino de Theo, es desaprovechada en una especie de novela costumbrista del futuro próximo (la realidad actual) que es ventilada en apenas 300 páginas de pura paja.

Aunque resulte triste decirlo, es increíble la cantidad de material propio que fueron capaces de generar los guionistas de la fenecida serie a partir de semejante aburrimiento, con líneas argumentales que superan en interés a las manufacturadas por el propio Robert J. Sawyer.

En cuanto al final, siguiendo mi política habitual de no desvelarlo, sólo puedo decir que es diferente al de la serie (en parte) pero recuerda demasiado en algunos momentos a los textos de otro famoso autor de éxito en la actualidad.

Para acabar, lo mejor:

  • La idea inicial del desplazamiento temporal de la conciencia de la humanidad.
  • La reacción inicial del CERN.
  • Algunos de los planteamientos científicos.

Y lo peor:

  • Los personajes, sobre todo los secundarios que son abandonados en cualquier momento de la novela y finalizados con un simple párrafo.
  • La descripción del año 2030, muy pobre, tratando de imitar a Heinlen o Dick.
  • Los asertos periodísticos, de poco alcance dentro de la novela.
  • La investigación pausada del futuro asesinato de Theo.
  • El final, que casi provoca risa, con un elemento que nunca se intuye durante la novela.

En fin, una novela que pronto pasará a ucronía cuando el LHC empiece a funcionar a todo tren y que tiene como único hecho reseñable "la presencia de mi amigo Vijande en los agradecimientos del traductor, quién lo diría".

5 comentarios:

  1. chuchi hablando de sci fi esto te va a gustar xD

    http://wtf.microsiervos.com/eltubo/oh-vaya-lost-in-space.html

    ResponderEliminar
  2. Ya ves como es el mundo, si un astronauta pierda 10000 dólares en herramientas no pasa nada, pero imagínate la que se monta si desaparece una de mi taller.

    ResponderEliminar
  3. Otro libro que ya no tendré que leer gracias a este artículo. Gracias por este servicio a la humanidad Chuchi, ya que por lo que veo al no leerlo he ganado 300 páginas de otro libro.

    ResponderEliminar
  4. Es lo que tiene :) Los amigos piden ayuda y uno responde :)

    ResponderEliminar

No dudes en comentar este artículo si te apetece. Sólo pedirte un pequeño favor: "no utilices abreviaturas que atenten contra nuestra lengua común".