miércoles, 22 de septiembre de 2010

Sesión de palomitas (48): El mensajero del miedo

Con bastante retraso (ya lo sé, pero son esas cosas que ocurren cuando se está de vacaciones y éstas se juntan con el comienzo del curso) paso a realizar la última crítica de esta temporada de Sesión de palomitas. Hoy nos enfrentamos a un film extraño, un cóctel explosivo que combina sin pudor el lavado de cerebro, el thriller y la política, todo ello al servicio de su estrella protagonista, Frank Sinatra.

El mensajero del miedo (1962)
Título original: The Manchurian Candidate
Duración: 126 min
Director: John Frankenheimer
Guión: George Axelrod (basado en la novela del mismo título de Richard Condon)
Música: David Amram
Fotografía: Lionel Lindon
Reparto: Frank Sinatra, Laurence Harvey, Janet Leigh, Angela Lansbury, James Gregory, Leslie Parrish, John McGiver, Madame Spivy
Sinopsis: Un grupo de soldados, bajo el mando del sargento Raymond Shaw y el comandante Benett Marco, sufre una emboscada durante la guerra de Corea y es capturado por el ejército enemigo. Meses después, Shaw recibe una medalla al honor por el gobierno de los Estados Unidos. Por entonces, Marco comienza a sufrir terribles pesadillas relacionadas con el lavado de cerebro al que fueron sometidos durante el cautiverio en Corea.

El director de la película que hoy nos ocupa, John Frankenheimer (1930-2002), es un director bastante atípico, capaz de lo mejor y lo peor. Fue uno de los primeros directores criados en la televisión que dieron el salto a la pantalla grande. Algo que no se podía hacer esperar dado que el cine estaba sufriendo la primera de sus interminables crisis de identidad (primero por el acecho de la televisión, después por la del vídeo y en la actualidad por las descargas por Internet). Aunque dentro de su carrera hay muchos altibajos (algunos provocados por sus escarceos con el alcohol) siempre fue reclamado por los estudios como un artesano que era capaz de sacar petróleo de los proyectos más nimios.

Obviamente, al igual que siempre pasa en esta sección de mis críticas, me voy a quedar con los filmes más representativos de su carrera, dejando a parte las producciones que considero menores o carentes de interés.

Aunque tuvo una pequeña incursión previa en la pantalla grande con "The Young Stranger" (1957), se considera que su primera película importante fue "Los jóvenes salvajes" (1961), donde Burt Lancaster interpreta a un ambicioso ayudante del fiscal de distrito que desenmaraña un caso que a priori parecía muy sencillo. Es decir, un thriller, género donde Frankenheimer siempre se ha movido con soltura. Además este film convirtió a Burt Lancaster en su máximo valedor y actor fetiche.

Un año más tarde le seguirían "Su propio infierno" (1962), un drama donde compartían pantalla Warren Beatty y Eva Marie Saint (vamos, que nunca le falto reparto de campanillas), la película que hoy nos ocupa con dos nominaciones a los Oscars y la mítica "El hombre de Alcatraz" (1962), de nuevo con Lancaster. Ésta última fue un verdadero éxito tanto de taquilla como de crítica (4 nominaciones a los Oscars) con lo que su lanzamiento internacional se consumó. A continuación rodaría "El tren" (1964), una de las mejores películas que recuerdo que trata el tema de La Segunda Guerra Mundial de forma lateral (una buena opción para esta nueva temporada de Sesión de Palomitas), y "Siete días de Mayo" (1964), la representación fehaciente de como sería un golpe de estado en los hasta ese momento intocables Estados Unidos (tanto en ficción como en la realidad), obviamente ambas con su trapecista preferido (Lancaster) como protagonista.

Dos años más tarde llegarían dos películas que aunque inferiores a la anteriores siguen manteniendo el nivel que había demostrado el director en sus producciones anteriores, un policíaco, "Plan diabólico" (1966), que tenía como protagonista Rock Hudson (la taquilla siempre manda y Frankenheimer no solía desobedecer la órdenes de los grandes estudios) y "Grand Prix" (1966), la película automovilística más famosa de la historia del cine y cuyo sello técnico sigue marcando el estilo de las retransmisiones de la Formula 1 en la actualidad (ver esta película y una carrera actual es casi indistinguible).

Pero de pronto el idilio que estaba viviendo Frankenheimer tanto de público como crítica acabo abruptamente con su siguiente película, "The Extraordinary Seaman" (1969), y aunque parezca extraño nunca fue capaz de recuperarse completamente. A partir de ese momento su filmografía está jalonada de unos altibajos (con regresos a la pequeña pantalla incluidos) propios de una etapa de montaña del Tour de Francia. Sólo me atrevo a citar 6 filmes de sus últimos 35 años como director:

  • "El hombre de Kiev" (1968), que narra la historia de la huida de un campesino ruso judío, interpretado por Alan Bates (nominación al Oscar al mejor actor protagonista), de la represión zarista a comienzos del siglo XX.
  • "Yo vigilo el camino" (1970), un intenso drama interpretado por el siempre excelente Gregory Peck.
  • "French Connection II" (1974), la necesaria segunda parte de la mítica "The French Connection, contra el imperio de la droga" (1971) (muy pronto en esta sección).
  • "Domingo negro" (1977), un intenso thriller donde los terroristas tienen uno de los planes más audaces que recuerdo (sólo por eso vale la pena verla).
  • "Ronin" (1998), el momentáneo retorno a la fama de la mano de Robert De Niro y David Mamet (que firmó el guión).
  • "Operación Reno" (2000), el imposible intento de conexión con la generación actual al darle el protagonismo de una pareja de moda en ese momento: Ben Affleck y Charlize Theron.

Bueno, vamos con la crítica de hoy. La génesis del proyecto está rodeada de ese glamour que sólo era posible en los viejos tiempos de Hollywood. Aunque te parezca extraño (no lo cite en la filmografía desarrollada en los párrafos anteriores) Frankenheimer fue el primer director de la mítica "Desayuno con diamantes" (1961), pero fue sustituido por Blake Edwards por su incompatibilidad manifiesta con Audrey Hepburn (ya entonces era una diva que manejaba a los estudios como le daba la gana). Ahora bien, George Axelrod, el guionista de ésta, consideró el despido improcedente y trató de resarcir a Frankenheimer con un guión de garantías y un actor también en la cumbre, Frank Sinatra, pero que era bastante más comprensible con las inquietudes artísticas de los directores de sus películas.

Esta génesis permitió que la película tomase vida propia, convirtiéndose en todo un ejercicio de estilismo, donde no sólo era importante lo que pasaba sino como pasaba. De ahí que pudiesen aparecer ciertos elementos (los mejores) que habitualmente hubiesen muerto en la sala de montaje. A su vez, la inverosimilitud de estos fueron los que consiguieron que el film se transformase en una película de culto. Veamos cuales son estos.

Lo primero que llama la atención de la película es el peregrino argumento que tiene, ya que se basa en un sinuoso plan perpetrado por el bloque comunista al completo (algo tan imposible como que los cerdos vuelen) para conseguir controlar la presidencia de los Estados Unidos. Para realizarlo raptan a una patrulla norteamericana donde se encuentra el hijastro de uno de los senadores más anticomunistas de los Estados Unidos, luego les lavan el cerebro con un método que raya con el surrealismo, donde mientras estos creen que se encuentran en una charla sobre el cultivo de las hortensias son analizados desde una grada compuesta por los dirigentes militares más importantes del bloque comunista, que los observan como se hacía en las clases de psicología de principios del siglo XX, y todo ello en una sala presidida por gigantescas fotografías de Mao, Stalin, etc.

Por otro lado las parejas presentes, ya sea la formada por Ben (Frank Sinatra) y Rosi (Janet Leigh), o la de los Iselin (James Gregory y Angela Lansbury), son completamente disfuncionales. Carentes de cualquier base en la realidad. La primera es completamente incomprensible y le otorga al film un empaque extraño, ya que es completamente lateral y no aporta absolutamente nada al argumento principal. Mientras que la segunda es simplemente grotesca, llevando al extremo la clásica pareja compuesta por un hombre poderoso de bajo perfil y una mujer fuerte entre bambalinas que lo maneja a su antojo. Aunque la razón de esta segunda queda clara en el primer punto de inflexión de la historia cuando descubrimos que en realidad ésta es la agente infiltrada soviética más importante de los Estados Unidos, ya que de otra forma chirriaría demasiado.

En cuanto a la pareja formada por el propia Shaw (Laurence Harvey) y Jocelyn (Leslie Parrish), es la forma (poco elegante en mi opinión) de mostrar cierta ambivalencia de un personaje tan complejo como el de Shaw y de paso humanizarle un poco, ya que resulta demasiado antipático en los primeros minutos del metraje, aunque esto esté justificado por el férreo control que mantiene su madre sobre él (en ciertos aspectos recuerda al genial "Psicosis" (1960) de Alfred Hitchcock).

En fin, lo que hace mítica a esta película es que en conjunto, con esta concatenación de elementos increíbles, disfuncionales e hilarantes, la película no descarrila en ningún momento, teniendo al espectador pendiente de todo lo que pasa hasta el final (un final bastante discutido a lo largo de los años).

Bueno, como siempre, lo mejor:

  • La maravillosa fotografía en blanco y negro (la verdad es que estoy enamorado del blanco y negro de los años 60, tan limpio y duro).
  • La relación disfuncional, por llamarlo de alguna forma, entre Ben y Rosi.
  • Las intervenciones del senador Iselin (James Gregory).
  • Las pesadillas sobre el lavado de cerebro.
  • El juego con las barajas y en especial la psicología (ramplona, lo sé) que hay detrás de la reina de diamantes.
  • Lo increíble del plan perpetrado por el bloque comunista (y es curioso que únicamente estuvieron unidos como un único bloque en este film, en una ficción, ya que jamás pasó esto en la realidad).
  • Las frases lapidarias que se pueden oír durante todo el film, producto de la imaginación del siempre genial George Axelrod.
  • Lo horrible que parece haciendo de madre Angela Lansbury (quién iba a decir que iba a terminar haciendo de angelical escritora/detective).
  • La crudeza de los asesinatos.


Y lo peor:

  • El combate de karate o judo (siempre me cabrá la duda) entre Ben y Chunjin, que parece sacado de un film cómico.
  • El horrible flashback veraniego.
  • El narrador, madre mía, que manía con añadir un narrador al principio y final de las películas.

Las curiosidades y anécdotas más famosas que rodean a este film son:

  • Angela Lansbury sólo tenía 36 años en el momento del rodaje de la película, tres años más que Laurence Harvey, que interpretaba a su hijo.
  • La película no se estrenó en la mayoría de los países que se encontraban bajo la órbita soviética hasta el colapso de la Unión Soviética, treinta años más tarde. También fue prohibida en algunos no alineados como Suecia o Finlandia.
  • El avión del senador Iselin era propiedad del propio Frank Sinatra.
  • Las escenas de la convención republicana fueron filmadas en el viejo Madison Square Garden.
  • El guionista, George Axelrod, extrajo el texto de jardinería que se oye durante los sueños de un catálogo de semillas.
  • La escena donde Laurence Harvey salta al lago de Central Park fue rodada uno de los días más fríos que se recuerdan en Nueva York, de hecho un bulldozer tuvo que romper la capa de hielo que lo cubría (de unos 30 centímetros de grosor) para que pudiese rodarse.
  • Existe un remake de esta película con el mismo título, "El mensajero del miedo" (2004), protagonizado por Denzel Washington, Meryl Streep y Liev Schreiber, que no está demasiado mal aunque no llega a la calidad del original.

El trailer que se pudo ver en las salas cinematográficas norteamericanas fue el siguiente:



De las frases y comentarios más ocurrentes que se pueden escuchar durante el film he seleccionado los siguientes:

"Pero si es Raymond, nuestro amable sargento Shaw."

"Como el capitán idiota de las historietas de ciencia ficción."

"No es mi padre"

"Desplegando un valor por encima y más allá de la llamada del deber, salvó la vida de nueve miembros de su patrulla, capturó un nido de ametralladoras enemigo y dejó fuera de combate en la operación a una compañía entera de infantería enemiga. Condujo luego a su patrulla, dada por perdida en acción de guerra, durante tres días a través de las líneas enemigas hasta ponerla a salvo."

"No es un comunista, madre. Es republicano y tú lo sabes muy bien."

"Otro moderno descubrimiento que debemos a la hortensia se refiere a la influencia de las corrientes de aire en el desarrollo de las plantas. Hace años, en mis viajes por la comarca, descubrí magníficas hortensias en las cumbres, donde el aireamiento oreo era perfecto y ejemplares muy pobres o falta total en los bajos. Antes solía considerarse que los valles eran más favorables para las plantas que las cumbres. Pero el evitar las escarchas al final de la primavera y a principios del otoño en lugares que disfrutan de buenos vientos, en el que el aire frío puede canalizarse hacia niveles más bajos, da a las cumbres una ventaja decisiva. Las hortensias proporcionaron indicios para otro moderno descubrimiento de importancia hortícola. Podría creerse que la hortensia es una planta sencilla, pero no, no es así. Las hortensias se cultivaron como evolución de otras variedades que hoy día pueden encontrarse en el Japón. Naturalmente no todas tienen las mismas características. Dos de ellas no comparten la cualidad de producir flores azules en suelos ricos en minerales."

"Raymond Shaw es el hombre más sincero, noble, valiente y maravilloso que he conocido en toda mi vida."

"Soy el senador John Yerkes Iselin y tengo aquí una lista con los nombres de 207 personas a quienes el Secretario de Defensa conoce como miembros del Partido comunista..."

"Podemos sacrificar una compañía imaginaria para este precioso plan."

"El virus capitalista es muy fácil de contagiar."

"Su cerebro no ha sido sólo lavado, según dicen, sino limpiado en el tinte."

"¿Es usted árabe?"

"Debo decirte que ha sido muy original encargar a la policía que arreglase nuestra primera cita."

"Es algo así como oír a Orestes quejándose de Clitemnestra."

"Yo soy antipático."

"Supongo que soy la única superviviente de una nave espacial que sobrepasó Marte."

"¿Gaucho Marx? Ben, Ben, acabo de hacer un chiste."

Por cierto, el otro día se me ha ocurrido que esta película tiene muchos elementos en común con la última de Angelina Jolie, "Salt" (2010), ya que también es un compendio de situaciones imposibles que juegan con el espectador y que aunque parece que va a descarrilar en todo momento, al final consigue entretener al espectador durante todo su metraje. "Para mi es una película infravalorada que con el tiempo pasará a convertirse en una producción de culto, como la que hoy nos ocupa".

4 comentarios:

  1. Solo tengo 4 palabras para la pelicula, su remake, y "Salt".

    son MALAS con AVARICIA.


    De hecho, las dos primeras no fui capaz de velas durante mas de 20 minutos.

    (Salt, ya que habia pagado la entrada me quede al final..pero vamos..)

    Un saludo!

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  2. http://www.rtve.es/mediateca/videos/20100920/ciudad-20-09-10/882312.shtml

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  3. Juan, he visto los primeros minutos, le daré una oportunidad como curiosidad sociológica.

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  4. Anda que resulta que Chuchi estaba de vacaciones...

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