miércoles, 11 de mayo de 2011

Últimas impresiones sobre The Chicago Code

Hoy se ha confirmado la cancelación de The Chicago Code, uno de las series policíacas más curiosas de este año y cuyo padre es el creador The Shield. Así que el "primeras impresiones" habitual se ha transformado en una especie de obituario adelantado (todavía me faltan por ver los dos últimos capítulos).


The Chicago Code fue una propuesta valiente por parte de la FOX, ya que tiene en su bolsillo una serie como Bones (que a la postre ha renovado y la temporada que viene además cohabitará con su primera spin-off), que aunque está más cercana a lo que se puede esperar de la franquicia CSI, cubre con solvencia este ángulo de su programación. De ahí que no extrañe tanto su cancelación vistos los valores en demográficos que ha ido cosechando las últimas semanas y más aún teniendo en cuenta que la FOX tenía que hacer sitio para series como Terra Nova y Alcatraz (ya confirmadas).

Bueno, lo que hace especial a The Chicago Code y la razón última de que haya decidido dedicarle unas líneas es que se trataba de un experimento cuando menos curioso. Ésta pretendía trasladar el realismo sucio que han abanderado durante los últimos años series como The Wire (una de mis series favoritas) o The Shield al mercado televisivo generalista, un mercado que huye habitualmente del argumento serial para centrarse en lo netamente episódico. La comparación con The Wire es obligada en cuanto la referencia es obvia, ambas tienen como personajes principales a un policía problemático y mujeriego, Jarek Wysocki (Jason Clarke) en The Chicago Code, el equivalente a nuestro querido James 'Jimmy' McNulty (Dominic West) de The Wire, que trabaja bajo las órdenes de la Superintendente Teresa Colvin (Jennifer Beals), la cual ha ascendido velozmente en el escalafón y tiene como única misión en su vida limpiar de corruptos la ciudad de Chicago, o sea, lo mismo que quería el teniente Cedric Daniels (Lance Reddick) hacer en Baltimore.


Ahora bien, te estarás preguntando como trataron de adaptar el ritmo pausado (casi ruso) de The Wire a lo que necesitaban, pues condensando el equivalente a una temporada completa de la serie de referencia: corrupción urbanística, crimen organizado, etc; en un único capítulo. Así cada uno de éstos era una especie de bosquejo rápido, un apunte, sobre lo que corroe los cimientos de la ciudad de Chicago. Para suplir el desconocimiento que tiene el gran público de la realidad de esta ciudad y su historia (exquisitamente implementada en The Wire mediante cantidad ingente de detalles en principio intrascendentes, pero que al final engarzaban como si de una preciosa cadena se tratase, dándonos una visión general de la situación) utilizaron introducciones narradas por alguno de los personajes principales de la serie, poniendo rápidamente en situación a los telespectadores. Pero este proceder provocó que el ritmo de cada uno de los capítulos fuese casi extenuante y requiriese prestar más atención de lo habitual, algo que casa más bien poco con los tres largos cortes publicitarios que acompañan a las series que se emiten en la televisión generalista norteamericana (40 minutos de capítulo y 20 minutos de publicidad). Así que no es de extrañar que ante semejante nivel de exigencia los telespectadores decidiesen abandonarla (aunque no todos, ya que sigue promediando unos no despreciables 7 millones).

Un ejemplo del ritmo frenético de la serie es su propia intro, con una pegadiza letra interpretada por Billy Corgan, el vocalista del mítico grupo The Smashing Pumpkins, y que es clavada a la de Los Soprano, lo único que cambia es el título de la serie que aparece como si de un capítulo de Fringe (que también se emite en la FOX) se tratase:



Por cierto, por si tienes interés en ver la serie, el mejor capítulo emitido hasta el momento es el noveno, que se titula "St. Valentine's Day Massacre" y que constituye en si mismo una pequeña película.

En fin, una serie que probablemente con el tiempo se convertirá en una pequeña joya y "cuya visión es altamente recomendable para todos aquellos que sufran el síndrome de abstinencia que provoca ver el final de The Wire".

2 comentarios:

  1. Juro que he leído el artículo íntegro y que he tratado de entenderlo, pero me he perdido en el primer párrafo.
    Esas frases largas y farragosas que has puesto (tipo; la parte contratante de la primera parte...) hacen que me pierda a la segunda palabra.

    Así que lo que he entendido es que ahora te gustan las series de policías y que te estás descargando ya todas las temporadas de "el comisario" y "policias".

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  2. Maldito Blogger.
    Creo que ha fagocitado el comentario que publiqué y que estuvo unas horas visible.
    O la mano negra de Chuchi a vuelto con la tijera (de punta redonda para no herirse, claro...)

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