lunes, 16 de mayo de 2011

Una propuesta impensable

Entre tanto maremágnum de producciones supuestamente para las élites cinéfilas, con los consabidos nombres de siempre, el otro día se vio en Cannes una propuesta cuando menos impensable para los tiempos que corren en el mundillo cinematográfico, un largometraje mudo con cierta proyección en taquilla dadas las alabanzas recibidas. Sí, no es coña, "The Artist" (2011) es una película completamente muda y aunque te resulte extraño no es ni por asomo la primera que se rueda en este siglo.

Cada pocos años, ya sea en forma de largometraje, mediometraje o largometraje aparece una producción de estas características. No importa que sea en color o en blanco y negro, la única premisa es que no tenga ningún diálogo grabado (excepcionalmente se permite la banda sonora, ya que encontrar un piano en una sala cinematográfica es harto difícil, y en ciertas ocasiones efectos sonoros). En una búsqueda rápida me he encontrada con ocho films de estas características en la última década (IMDb, me ha fallado en esta ocasión, al menos la versión gratuita no permite búsquedas por la etiqueta "no dialogue", pero Filmaffinity me ha salvado con la socorrida "cine mudo"). Entre estos destacan una comedia ambientada en La Guerra de Independencia de los Estados Unidos, "The Deserter" (2003) de Eric Bruno Borgman, un actor casi desconocido:



La ambiciosa "Louis" (2010) de Dan Pritzker, donde asistimos a los primeros años del genial trompetista y cantante de jazz Louis Armstrong:



Y la más especial de todas, "La llamada de Cthulhu" (2005) de Andrew Leman, basada en el relato del mismo nombre de Lovecraft (cómo se nota que sufrí muchas partidas de rol en este desquiciante y paradójico mundo), y que trata de imitar las técnicas que se utilizaban en los años veinte:



Bueno, visto lo visto, centrémonos en "The Artist" (2011) de Michel Hazanavicius, la última propuesta de estas características. En principio, al saber el nombre del director sentí cierto desasosiego, ya que éste es el responsable de engendros de tamaña dimensión como pueden ser "OSS 117: El cairo, nido de espías" (2006) y su secuela, cuyo argumento sólo tiene predicamento en tierras galas (y a Dios gracias). Ahora bien, aún repitiendo con su equipo habitual, incluidos sus actores fetiches, Bérénice Bejo (está preciosa, es increíble lo que son capaces de hacer los escargots) y Jean Dujardin, parece que ha sabido dar un enfoque más dramático, que huye del gag fácil. Además de que el apoyo a este proyecto por parte de actores consagrados como pueden ser James Cromwell, John Goodman o Penelope Ann Miller, le da un cierto hálito de producción internacional del que podría carecer en primera instancia, ya que no olvidemos que no hay problema con el idioma (traducir los intertítulos no es demasiado costoso y nadie se plantea el tema del acento de los actores franceses).

Así que si a todo esto le sumamos un argumento que trata sobre el ascenso de una estrella de cine durante el esplendor del cine mudo y la decadencia de ésta con la llegada del sonoro (¡Hum! No sé a que me sonará todo esto, pero mejor no ponemos la daga en la llaga), más cinéfilo imposible y estrenamos la película en Cannes, no es de extrañar las críticas favorables, casi militantes, que ha recibido. Te dejo con el trailer de ésta:



En fin, lo único que tengo claro es que las nuevas generaciones ni se les ocurrirá acercarse a esta película, cien minutos leyendo aunque sean pequeños intertítulos cada dos minutos es completamente impensable para ellos. Por otro lado, a un nivel mucho más friki, "para cuándo una superproducción muda de ciencia ficción, el reinado de "Aelita" (1924) está siendo demasiado largo".

1 comentario:

  1. Y yo que pensé que ibas a hablar de Piratas del Caribe IV cuando leí el título y Cannes juntos...

    De todas formas veo que estás encasillando el blog en cine y exámenes de alumnos.
    Ya se echa de menos algún "in memoriam"...

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