Lo imposible comienza a suceder

La moda del reciclaje por parte de los productoras de Hollywood y de las grandes cadenas comerciales norteamericanas tenía que llegar a las adalides de la calidad hasta el momento, las cadenas de cable.

Los 80 fueron los años donde de forma bastante inaudita se impuso por primera vez en la televisión americana un género cuando menos extraño, el melodrama de las familias ricas. Corrupción y sexo eran devorados a partes iguales en ambos lados del charco. Era una especie de droga que hacía olvidar los problemas económicos que causaba la última crisis del petróleo. En el fondo nuestra cultura del pelotazo, que ha terminado de estallar en la última crisis económica, tiene su germen en los pozos petrolíferos tejanos y en los viñedos californianos que daban una falsa sensación de felicidad.

Bueno, si te digo 14 temporadas y 357 episodios, lo primero que se te viene a la cabeza es un culebrón, cuesta pensar que se trate de una serie dramática de un gran canal norteamericano, pero si te digo simplemente J.R. (es gracioso que corresponda con mis siglas) darás con el título sin haber visto ningún capítulo. Sí estoy hablando de Dallas y sus interminables conspiraciones.

Te dejo con la intro original de la serie en su última temporada (con explosiones incluidas, no te imaginas como se había llegado a complicar el argumento):

Y te estarás preguntando la razón de que te esté contando todo esto. Pues aunque resulte asombroso TNT (uno de los canales de cable más importantes de los Estados Unidos) ha decidido relanzar Dallas el verano que viene. Aquí te dejo con el primer corte (todavía tengo los pelos de punta):

En fin, a partir de este momento todo es concebible. "Así que no me extrañaría con que dentro de un par de años nos encontrásemos con un reboot de Falcon Crest (la otra propuesta de Lorimar) con Angela Channing resucitada digitalmente, visto el percal".