La intoxicación de los medios por ambos bandos está llegando a extremos casi nauseabundos. Hoy han estado ambos bandos discutiendo si Forcadell dijo que la DUI fue simbólica o política. En el fondo da lo mismo. Un investigado (anteriormente imputado) tiene la facultad de mentir para tratar de salir del trance judicial sin que medie en ningún momento la posibilidad de ser acusado de perjurio en el futuro. Solo cuentan los hechos que pueda demostrar la Fiscalía. Así que lo ocurrido en los últimos minutos en el Supremo es otro ejemplo de equidistancia judicial que puede ser utilizada por ambos bandos para defender sus posturas políticas.
Por eso desde el punto de vista nacional parece que Forcadell se va a ir de rositas tras pasar una noche en la cárcel y desde el punto independentista es una heroína que ha engañado con sus argucias a la maquinaria del estado español (de ahí que la ANC vaya a pagar la fianza de 150000 euros).
Si quitamos la paja mediática que acompaña a cada información que nos llega de ambos frentes ha sido una mala semana para la República Virtual de Cataluña. Se han dejado por el camino la sede de la Agencia Europea del Medicamento, el improbable reconocimiento por parte del Parlamento Flamenco (95 a 4), el acceso a las instituciones europeas, la unidad del frente nacionalista de cara a las elecciones del 21 de diciembre, el reconocimiento por parte de los organismos internacionales de los supuestos presos políticos o de conciencia, las primeras planas de los medios internacionales a causa de los Paradise Papers, el poder de convocatoria para huelgas generales y parte del prestigio de los Mossos d’Esquadra sacrificado en la huelga de ayer. En esta ocasión ha sido bastante inteligente Zoido al colocar a la mayoría de la población catalana frente a la misma medicina utilizada por este cuerpo el día del referéndum. Algo así como una especie de tratamiento inverso, el toma la decisión pero los palos se los lleva el cuerpo. Y todo eso mientras aprueba por la puerta de atrás un nuevo régimen de sanciones para los susodichos. Sus únicas victorias, el reconocimiento por parte de Pamela Anderson y las grietas en el Gobierno belga. Magro rédito a mi parecer.
En cuanto al bando de Rajoy. La carga política la asumen Ciudadanos y el PSC, mientras de cara al exterior se pone la tirita diciendo que la economía española se desinfla a causa de la secesión nonata, algo enmendado por Europa en la comunicación de hoy. Sí, sigue la política de no hago nada, que ya se arreglarán las cosas por si solas mientras la máquina judicial se va ajustando a lo políticamente correcto: un poco de palo por parte de la Audiencia Nacional, un poco de zanahoria por parte del Supremo.
En fin, parece que los planes de Mariano Rajoy van saliendo a pedir de boca: nadie habla de la Gürtell, Podemos disminuye electoralmente inmerso en sus contradicciones sin que suba el PSOE y ningún país o parlamento osa a reconocer la independencia de Cataluña. Todo esto mientras las dichosas balanzas fiscales se ajustan mediante el veloz empobrecimiento de Cataluña y aplica nuevos recortes en Sanidad y Educación apoyándose en la espantada por parte del PNV. "Así no es de extrañar que vea sus 5 años y 353 días en el poder como solo el comienzo de su larga presidencia de España".
Pero por mucho que haga Rajoy, pienso que el 21D los resultados serán muy parecidos a los de hace dos años. Si ERC, El PDCAT y las CUP unen fuerzas, en dos años otra DUI, así podrán decir que tienen dos gobiernos en la cárcel, dos elegidos en las urnas del estado español.
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