Las noticias de un Brexit cada vez más rocambolesco (mociones ficticias, Brexit por accidente o prorrogas imposibles) ocultan en los medios europeos la nueva purga que está realizando Donald Trump en los Estados Unidos. Después de forzar la marcha de la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, el pasado domingo por negarse a reanudar las separaciones de menores migrantes de sus familias en la frontera con México, ha utilizado a su jefe de gabinete en funciones (sí, en funciones), Mick Mulvaney, para destituir al director del Servicio Secreto, Randolph 'Tex' Alles. En este caso supuestamente por la irrupción de una ciudadana china portando un pendrive con software malicioso en el complejo presidencial de Mar-a-Lago, en Florida. Bueno, sus razones tiene en ambos casos, por muy peregrinas que nos parezcan. Pero según los medios estadounidenses parece que va a aprovechar para hacer limpieza en el resto de agencias del gobierno colocando a figuras afines a su ideario (en principio, porque ya sabemos el destino que les esperan a todos ellos en los próximos meses). En fin, "es un buen momento para hacerse agente secreto estadounidense visto como se mueve el escalafón y solo van 2 años y 138 días desde que ganase las elecciones".
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