martes, 4 de junio de 2019

Keynote exultante

Se confirma. La calidad de las Keynotes de Apple es inversamente proporcional al tiempo invertido en presentar las revampirizaciones de los dichosos Memojis y las nuevas faces y correas de Apple Watch. En esta ocasión todo iba a todo trapo, algo alucinante para una Keynote de más de dos horas, donde se extendían poco o nada en la presentación de cada nueva característica.

Obviamente lo mejor de todo fue el divorcio amistoso entre el iPhone y el iPad que dio lugar al siempre ansiado por todos iPadOS (sí, parece un password). Un nuevo sistema operativo que cumplió en el apartado de hardware (conectividad con discos duros, tarjetas de memoria y pendrives), en el de edición con los nuevos gestos (el de pinzar para copiar me ha enamorado) y la posibilidad de añadir fuentes, en el de gestión con un Archivos vitaminado cada vez más parecido al Finder, en el que puede convertirse en una pantalla secundaria del Mac y en el de navegación al dotarle de un navegador de escritorio (y no las soluciones cutres actuales que no terminan de funcionar bien), pero que se quedo corto en el tema de gestión de ventanas y el siempre aburrido escritorio con iconos abandonados como cactus en el desierto.

La verdad es que si lo piensas bien, con las mejoras en Siri (que estrena nueva voz), en tvOS (convirtiendo los Apple TV en consolas con solo añadirles los mandos más usados del mercado) y macOS Catalina (con Catalys y la muerte de iTunes va a ser la repanocha) el gran damnificado de la noche fue iOS 13, que salvo por la promesa de ser el doble de rápido que el actual (que no es poco) se quedó en un largo listado de características para aumentar la privacidad más, si eso es posible.

Para el recuerdo quedarán el Mac PRO 2019, una bestia inasequible para la mayoría de los mortales al igual que el monitor que le acompaña (lo de los 999 dólares por la peana consiguió arrancar por primera vez silbidos en una Keynote) y que más que un producto comercial es la demostración de lo que pasa cuando das libertad creativa sin límite alguno (se supone que económico) a lo ingenieros, el funcionamiento del ARkit 3 (poder decir oclusión en un Keynote debe molar bastante) con el nuevo Minecraft Earth (parece que las relaciones con Microsoft son buenas) y el nuevo framework SwiftUI que permite soñar a cualquiera programar ("Hola mundo" ocupaba solo seis líneas de código, una locura para un código pensado para un teléfono móvil).

Por cierto, en cuanto a los servicios, solo se presentó la nueva serie ucrónica de Ronald D. Moore, For All Mankind, que luce simplemente genial (ya tenemos sustituta para The Man in the High Castle):



En fin, "te dejo por hoy que tengo que tranquilizar a todos mis aparatejos. Queda un largo verano hasta que puedan actualizarse".

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