En la España de los 4 millones de parados siguen pasando cosas que no dejan de asombrarme. No hace falta leer un periódico o ver un informativo para darse cuenta de que algo no termina de funcionar en los engranajes de este país. Baste de ejemplo esta pequeña anécdota que me pasó a mi mismo.
Ayer me avisaron de conserjería que una señora quería verme. Lo primero que se me vino a la cabeza era que había quedado con una madre de mi tutoría y no lo tenía apuntado. Pero no era el caso. La buena mujer buscaba desesperadamente un profesor de Tecnología que se pudiese dar unas clases particulares de última hora a su hija.
La infante en cuestión cursa estudios de 2º de Bachillerato en otro instituto de la ciudad y se encuentra en la desagradable situación de suspender una asignatura denominada Tecnología Industrial II. Según me contó, había sido incapaz de encontrar una academia que impartiese clases particulares de dicha asignatura. Ante esta situación sólo le quedaba un último recurso. Ir instituto por instituto intentando encontrar algún profesor de Tecnología que se apiadase de ella.
Mi respuesta fue negativa, no por no querer ayudarla, sino por mi falta tanto de tiempo como de conocimientos de la asignatura (nunca la he impartido). Por cierto, en el caso de que la hubiese ayudado habría incurrido en un delito. La razón de ello es que tengo, en principio, exclusividad y no puedo realizar otro trabajo salvo permiso expreso de la Dirección Provincial.
En fin, no se si la mujer encontró al final un profesor que se hiciese cargo de su caso, pero lo que no es de recibo es que no sea capaz de encontrar un profesor de clases particulares capacitado para realizar esta tarea entre las decenas de parados con la formación suficiente para ella dentro de esta ciudad. "¿Qué pasa? ¿Sólo quieren trabajos fijos bien remunerados? ¡A qué vamos a llegar!"
La infante en cuestión cursa estudios de 2º de Bachillerato en otro instituto de la ciudad y se encuentra en la desagradable situación de suspender una asignatura denominada Tecnología Industrial II. Según me contó, había sido incapaz de encontrar una academia que impartiese clases particulares de dicha asignatura. Ante esta situación sólo le quedaba un último recurso. Ir instituto por instituto intentando encontrar algún profesor de Tecnología que se apiadase de ella.
Mi respuesta fue negativa, no por no querer ayudarla, sino por mi falta tanto de tiempo como de conocimientos de la asignatura (nunca la he impartido). Por cierto, en el caso de que la hubiese ayudado habría incurrido en un delito. La razón de ello es que tengo, en principio, exclusividad y no puedo realizar otro trabajo salvo permiso expreso de la Dirección Provincial.
En fin, no se si la mujer encontró al final un profesor que se hiciese cargo de su caso, pero lo que no es de recibo es que no sea capaz de encontrar un profesor de clases particulares capacitado para realizar esta tarea entre las decenas de parados con la formación suficiente para ella dentro de esta ciudad. "¿Qué pasa? ¿Sólo quieren trabajos fijos bien remunerados? ¡A qué vamos a llegar!"
si se mira con atencion hay muchos pero muchos carteles de personas que se anuncian para dar clases particulares pero hay veces tambien que los padres quieren milagros. Quieren que en un par de horas sus hijos puedan aprobar un examen.
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