Suec@s

Una de las singularidades que tiene ser profesor es que nunca sabes lo que te vas a encontrar en el aula. Esta vez estaba sobre aviso. Una pequeña invasión de seres rubios de ojos azules se encontraban dentro de mi clase de Informática.

La razón de ello es el consabido intercambio con institutos de otros países. Esta vez le tocó a los suecos. Por mi clase ya han pasado en los últimos años estudiantes ingleses o franceses, pero faltaba el exotismo de los nórdicos.

La verdad es que los tópicos se cumplen a rajatabla. Salvo muy honrosas excepciones, la mayoría de ellos eran de tez pálida y rasgos sacados de una película de vikingos (aunque los chicos parecían un poco enclenques). Las chicas cumplían con todas las expectativas que se podían albergar con respecto a ellas. Espero que alguno de mis alumnos tenga el mismo desparpajo de Alfredo Landa:



Te preguntarás que hice yo ante tal situación, lo único que podía hacer: "hacerme el sueco e ignorar la situación".