viernes, 13 de mayo de 2011

Salvadas por los perfiles de audiencia y los DVR

Ayer (este artículo se perdió en el maremágnum del cuelgue de Blogger) surgió en la Red la noticia de que la NBC ha renovado Chuck (aún está sin confirmar), un movimiento en principio incomprensible viendo sus pobres audiencias. Lo mismo pasó el mes pasado con Fringe, con la que parecía compartir el mismo final después de su destierro a la noche del viernes. Te estarás preguntando si los ejecutivos de las grandes cadenas norteamericanas se han vuelto locos o sentimentales. Pues nada más lejos de la realidad, éstos simplemente hacen caso a sus contables.


El mundo de las audiencias televisivas de las cadenas en abierto, aquellas que viven de la publicidad, del siglo XXI es mucho más complejo de lo que podrías pensar en primera instancia. En la actualidad no se mira sólo la cifra total de espectadores que ven un programa, sino el perfil de cada uno de estos espectadores, así como su proyección internacional.

Para que entiendas por donde van los tiros voy a ponerte un ejemplo patrio, válido para que te hagas una idea de lo que estoy hablando. Después de la fusión entre Cuatro y Telecinco más de uno se pregunto por la razón de que las series de más éxito de Cuatro no migrasen automáticamente a la cadena amiga, la más potente del grupo. La razón de ello se encuentra en que económicamente es más rentable para el grupo Mediaset que una serie como House haga un 10% de audiencia en Cuatro que un 15% en Telecinco. ¿Por qué? Pues porque el perfil del espectador de Cuatro es un hombre cuya edad se encuentra entre los 19 y 49 años, el bocado más apetecible para las empresas que venden productos de alto coste, como por ejemplo automóviles, mientras que el perfil de espectador de Telecinco es una mujer de mediana edad que linda con la jubilación, alguien mucho menos interesante para las firmas publicitarias. Dígase, que para alcanzar el público objetivo de las firmas publicitarias, es mucho más eficiente Cuatro que Telecinco, aunque esta última doble en audiencia a la primera.

En Estados Unidos este modelo tan básico ya se abandonó hace tiempo. Ahora no sólo se tiene en cuenta el perfil de edades (que lleva muchísimos años añadiéndose a la cifra de audiencias y que es una forma de evaluar por donde van los tiros), sino también el perfil racial, el perfil socioeconómico, la proyección publicitaria, el porcentaje de seguidores fieles (o fans), el número de telespectadores en segundos pases y servicios como TIVO (que se engloban en las audiencias denominadas DVR), el número de descargas en iTunes y servicios similares, y en algunos casos particulares hasta su proyección internacional (el más sonado últimamente ha sido Perdidos). Teniendo todo esto en cuenta se puede ver con claridad la razón de que series como Chuck o Fringe se hayan salvado antes de la semana que viene, que es la línea terminal de los Upfronts, y otras como The Chicago Code doblándolas en audiencia hayan sido canceladas sin pestañear.



Centrándonos en estas tres últimas veamos que ha pasado exactamente. Tanto Chuck como Fringe gracias a sus rocambolescos argumentos tienen una ventaja casi abismal frente a The Chicago Code. En cada uno de sus capítulos nos muestran las últimas creaciones de las grandes empresas tecnológicas. Es habitual ver a sus protagonistas cargados con el último Motorola Xoom o Sony Vaio (lo mismo que pasa en la franquicia CSI, lo que explica su longevidad), mientras que los aguerridos policías del drama ambientado en Chicago se tienen que conformar con agrestes libretas y sus armas reglamentarias. Además si prestamos atención al perfil de los audímetros, nos encontramos con que la diferencia de público objetivo entre estas series y la policíaca según va avanzando la semana (al entrar en juego los nuevos métodos de visionado) se va agostando de tal forma, que los casi cuatro millones de diferencia que muestran las cifras sin analizar, se contraen a unos paupérrimos 400.000 espectadores, asumibles si tenemos en cuenta la proyección publicitaria de las dos series renovadas.


Así que la FOX, ante la difícil decisión de cancelar Fringe o The Chicago Code, obligada dado que tenía que liberar un par de franjas publicitarias para colocar sus dos grandes apuestas de la temporada que viene, Terra Nova y Alcatraz, que se intuye que presentarán un perfil publicitario más cercano a lo que desea la FOX. Además de que estás le permiten tratar de conseguir el pastel más deseado de los últimos años en la televisión norteamericana, reeditar el éxito que tuvo la ABC con Perdidos, cuya proyección tanto en la Red como internacionalmente no ha tenido parangón desde los tiempos de míticas series como M.A.S.H o Cheers. Sino fíjate como la propia ABC trató de recuperar lo que iba a perder (y nunca mejor dicho) con FlashForward y hasta esta temporada la propia NBC ha probado suerte con The Event, a ver si sonaba la flauta.

En fin, "lo único que me apena es que esta batalla por públicos fieles y de alto poder adquisitivo ha llegado demasiado tarde para series como Cielo Negro, Firefly o Enterprise, ya que en la actualidad se hubiesen salvado sin muchos problemas".

1 comentario:

  1. O sea que lo que buscan las cadenas es un perfil friki y con pasta (tipo Chuchi para que nos entendamos).
    Lo que no entiendo entonces es que saquen Motorolas Xoom en las series en vez de flamantes Ipads o Iphones que son los productos más "cool" del momento.

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