Hace tiempo que no hacía una pequeña reseña literaria de alguna novela de ciencia ficción. La agraciada en esta ocasión ha sido "Starplex", el intento de Robert J. Sawyer de dar un enfoque medianamente serio a las aventuras estelares al más puro estilo Star Trek.
"Starplex" es la segunda novela de Robert J. Sawyer que ha caído en mis manos y la verdad es que puedo decir que en cierta forma me ha congraciado con el autor después de leer la infame "Recuerdos del futuro", que a la postre daría lugar a la ya merecidamente cancelada FlashForward (véase: "Recuerdos del futuro").
Es curioso lo hambrientos que estamos últimamente los amantes de la space opera más trivial de que aparezca una serie de las mismas características que Star Trek. Las cancelaciones de Stargate Atlantis, Enterprise y Farscape junto con el encumbramiento de la nueva versión de Battlestar Galactica, también cancelada, nos ha llevado a una situación en la que la space opera que tiene como motor el humor y las situaciones más estrambóticas ha desaparecido de los paneles de los canales de televisión, salvo por la ocasional presencia de nuestro querido Doctor Who, que es lo más cercano que existe actualmente al subgénero que me estoy refiriendo. Así que por el momento aquellos que seguimos siendo fieles seguidores de este estilo tenemos que conformarnos con una de estas tres opciones: volver a ver viejos capítulos, leer las novelas que continúan las sagas canceladas (la mayoría en inglés, por lo que para un servidor no es una opción) o revisar las fuentes de éstas (que es la labor que estoy realizando en este momento).
De todas formas fuera de esta triple opción, bastante deprimente en principio, cabe también leer "Starplex", que es algo así como tratar de dar un fondo de verosimilitud a lo que sería la combinación entre el argumento básico de un capítulo de Star Trek y los agujeros de gusano de Stargate.
¿Qué nos propone "Starplex"? Pues nos cuenta las andanzas de la nave insignia de una pequeña federación de planetas conformada por cuatro especies: los humanos, los delfines (sí, no estoy de broma), los waldahud (una especie de cerdos) y los ib (un conglomerado extraño de simbiontes). Estos dos últimos versiones humorísticas de los klingons y los vulcanos. Su misión obviamente consiste en explorar la galaxia y establecer contacto con cualesquiera especies inteligentes que se encuentren en su camino. Con semejante argumento podríamos esperar encontrarnos con la clásica novela de aventuras regada con un montón de tecnobable incomprensible. Pero es aquí donde Robert J. Sawyer es capaz de dar un giro inesperado a su historia. En vez de recrearse en épicas batallas estelares y situaciones rocambolescas, presta más atención a los detalles más minúsculos de la problemática convivencia de las cuatro especies en la nave. Desde la graduación de las fuentes de luz en las diferentes secciones de la nave hasta el control de los olores, lo que obliga a los humanos a ducharse dos veces al día. Por otro lado, los primeros contactos con otras especies se alargan días mientras se establece un panel de traducción. Y es así todo el rato, los problemas reales del espacio condicionan el devenir de la historia, todo un hallazgo, ya que el autor consigue mantener la tensión a la largo de toda lo novela con una historia tan surrealista como inesperada.
Bueno, como siempre, primero vayamos con lo mejor:
- El planteamiento de la historia como si de un episodio piloto de una nueva serie se tratase.
- La asignación de diferentes acentos de los traductores universales según que especie se encuentre hablando.
- El encuentro con seres de dimensiones planetarias constituidos por materia oscura.
- La batalla estelar.
- La aparición de estrellas de cuarta generación.
- La problemática en el uso de los portales.
- Que los delfines sean los mejores pilotos gracias a su orientación espacial.
- La utilización de hologramas en el puente, un concepto nunca explorado en toda la saga de Star Trek.
Y lo peor:
- La crisis de mediana edad del protagonista, que recarga demasiado la historia. Eliminándola se hubiesen ganado 50 páginas que le hubiesen dado un poco más de ritmo a la historia.
- No plantear la historia desde diversos puntos de vista. Me hubiese encantado ver como veía la dinámica de la nave uno de los alienígenas.
- Que no haya una continuación, hay suficiente material para un buen serial.
En fin, una novela solo apta para todos aquellos adictos a la space opera, "ya que de esa forma podrán apreciar con buen sentido del humor todas las inconsistencias que presenta el subgénero y que la novela revela página a página".
Esto me recuerda cuando yo, inocente de mi, saque de la biblioteca un libro llamado "Cronicas del Multiverso" asi de ciencia ficcion. Aguante 13 paginas, lo justo para leer
ResponderEliminar"Y combatieron con armas cuanticas de energias punto cero en infinidad de universos paralelos regidos por leyes astrodinamicas fisicoesfericas. Sus golpes eran decelerados y explosiones implosionadas cineticamente" etc etc os haceis una idea. Era como leer una critica de Javier Ocaña acerca de una nave espacial. Terrible.
Posdata: Chuchi, al igual que la "cita" de Javier Ocaña que atribuiste al propio Javier Ocaña, siendo mia, y siendo una representacion realista de lo que pudiera o pudiese ser una critica, la "cita" del libro esta realizada de la misma manera, asi que no se la atribuyas al autor del mismo porfa, que bastante mierda tiene ya entre sus paginas.
Anda, un Stargate en la portada del libro.
ResponderEliminarAcabo de terminar el libro hace un par de días y me ha gustado mucho. Supongo que tiene que ver con ese gusto que mencionas.
ResponderEliminarLo de la crisis del protagonista tambien me molesto un poco, pero supongo que era para darle "humanidad" a sus conflictos, y de alguna manera, para poner en perspectiva el tema de inmortalidad, que el autor tambien toca en flashforward.
Mi parte preferida es cuando lanzan las estrellas por los portales