A veces la vida real se parece mucho a la de los personajes de ficción. Un héroe obligatorio para los profesores de enseñanza secundaria de este país es Wilt, el adorable personaje creado por Tom Sharpe, que vive sus andanzas en el terrible mundo de la ESO (al modo británico, ya que esta reforma llegó a nuestras tierras con un par de décadas de retraso).
Esta mañana me he sentido completamente identificado con él. La razón estriba en que me han pasado un montón de anécdotas de lo más extraño, lo que cabía esperar del último día de clase. Te cito las más curiosas a modo de resumen.
Hoy tenía una única clase con un primero de la ESO. En principio tenía planeado realizar una recuperación a tres alumnos que habían suspendido la tercera evaluación. Pero además de presentarse los tres susodichos, hicieron acto de presencia otros cinco. Misión: entretenerlos durante 50 minutos. Solución: Les enseñé a hacer un pingüino con un folio (para algo tienen que servir todas esas horas dedicadas a aprender papiroflexia).
En esa misma clase, un alumno me ofreció su móvil para que hablase con su padre y le convenciese de que se podía pirar del instituto. Obviamente decliné el ofrecimiento.
Durante esta mañana me he cruzado tres veces con la alumna galardonada con el Premio de Bachillerato de este curso. En las tres ocasiones la gente que le acompañaba en ese momento me ha conminado a felicitarla, lo cual resulta gracioso teniendo en cuenta que fui el primer profesor que la suspendió en su meteórica carrera. Tranquilo, nos llevamos bien. Pero la verdad es que parecían las tres negaciones de San Pedro. Por cierto, va a estudiar en la Universidad Estudios Asiáticos.
Dirigiéndome a realizar la última guardia de recreo del curso vi como entraban diversos alumnos en el instituto. Ha sido la clase con más asistencia del día. Es alucinante que estando fuera del instituto toda la mañana se entre para realizar el recreo. ¡Qué cosas tienen estos alumnos!
Después de la guardia de recreo, me dirigí con unos compañeros para tomar un café (en mi caso una caña) a un bar, y en ese momento pasaron varias situaciones de lo más extraño, a parte de la consabida felicitación a la agraciada: una ex-alumna entró en el instituto y me saludó rozándome la mano, lo cual no resulta extraño salvo en la católica Ávila donde puede dar lugar a todo tipo de interpretaciones; me pasaron una llamada de una madre (¡Sí! El último día de clase); y me crucé con una extraña pareja compuesta por una profesora de Francés y una lectora inglesa (los tópicos, a veces, se hacen realidad. La de Francés era morena y la de Inglés rubia).
Pero ahí no acabaron mis aventuras. Tenía una única junta de evaluación y ésta se convirtió en un remake de otra que ya tuve hace tres meses. Bendito déjà vu (para más información ver "Evaluación kafkiana").
Al finalizar tan magno acto un compañero me pidió ayuda para solucionar un pequeño problema con su nuevo y flamante Macbook Pro. Cuando me disponía a arreglar el desaguisado en cuestión, ¿qué crees que ocurrió? Lo inevitable. La batería se agotó y el portátil se apagó. Y dado que me encontraba en el departamento de Religión aproveché la ocasión para verlo. Entre las pertenencias que lo componen se encuentran albas, casullas y un cáliz perdido (reminiscencias de una desconocida capilla), que no pueden ser retirados al encontrarse inventariados (me encanta la Administración con su persistente síndrome de Diógenes: "Todo se compra, pero nada se tira").
En fin, una mañana asombrosa que parece sacada de una novela. Por cierto, "en algún momento me crucé con el galáctico Darkel, pero me cuesta situarle en escena. Cosas de escritores".
Hoy tenía una única clase con un primero de la ESO. En principio tenía planeado realizar una recuperación a tres alumnos que habían suspendido la tercera evaluación. Pero además de presentarse los tres susodichos, hicieron acto de presencia otros cinco. Misión: entretenerlos durante 50 minutos. Solución: Les enseñé a hacer un pingüino con un folio (para algo tienen que servir todas esas horas dedicadas a aprender papiroflexia).
En esa misma clase, un alumno me ofreció su móvil para que hablase con su padre y le convenciese de que se podía pirar del instituto. Obviamente decliné el ofrecimiento.
Durante esta mañana me he cruzado tres veces con la alumna galardonada con el Premio de Bachillerato de este curso. En las tres ocasiones la gente que le acompañaba en ese momento me ha conminado a felicitarla, lo cual resulta gracioso teniendo en cuenta que fui el primer profesor que la suspendió en su meteórica carrera. Tranquilo, nos llevamos bien. Pero la verdad es que parecían las tres negaciones de San Pedro. Por cierto, va a estudiar en la Universidad Estudios Asiáticos.
Dirigiéndome a realizar la última guardia de recreo del curso vi como entraban diversos alumnos en el instituto. Ha sido la clase con más asistencia del día. Es alucinante que estando fuera del instituto toda la mañana se entre para realizar el recreo. ¡Qué cosas tienen estos alumnos!
Después de la guardia de recreo, me dirigí con unos compañeros para tomar un café (en mi caso una caña) a un bar, y en ese momento pasaron varias situaciones de lo más extraño, a parte de la consabida felicitación a la agraciada: una ex-alumna entró en el instituto y me saludó rozándome la mano, lo cual no resulta extraño salvo en la católica Ávila donde puede dar lugar a todo tipo de interpretaciones; me pasaron una llamada de una madre (¡Sí! El último día de clase); y me crucé con una extraña pareja compuesta por una profesora de Francés y una lectora inglesa (los tópicos, a veces, se hacen realidad. La de Francés era morena y la de Inglés rubia).
Pero ahí no acabaron mis aventuras. Tenía una única junta de evaluación y ésta se convirtió en un remake de otra que ya tuve hace tres meses. Bendito déjà vu (para más información ver "Evaluación kafkiana").
Al finalizar tan magno acto un compañero me pidió ayuda para solucionar un pequeño problema con su nuevo y flamante Macbook Pro. Cuando me disponía a arreglar el desaguisado en cuestión, ¿qué crees que ocurrió? Lo inevitable. La batería se agotó y el portátil se apagó. Y dado que me encontraba en el departamento de Religión aproveché la ocasión para verlo. Entre las pertenencias que lo componen se encuentran albas, casullas y un cáliz perdido (reminiscencias de una desconocida capilla), que no pueden ser retirados al encontrarse inventariados (me encanta la Administración con su persistente síndrome de Diógenes: "Todo se compra, pero nada se tira").
En fin, una mañana asombrosa que parece sacada de una novela. Por cierto, "en algún momento me crucé con el galáctico Darkel, pero me cuesta situarle en escena. Cosas de escritores".
Asi me gusta, tol dia con los deos sacando mocos
ResponderEliminarchuuuchiiii!!!!
ResponderEliminarque no nos despedimos de ti eh
como fueron las ultimas semanas de clase? jaja
que yo estao en la playaa!
quedate con nosotros en el vasco!
y si no buena suertee!
:)
en efecto te cruzaste conmigo a las 12:05 y 43s, en la entrada este derecha, e ibas acompañado de otros profesores, a saber, la de frances y otro que mi memoria no logra identificar.
ResponderEliminarY de hecho hablamos, chuchi. Yo te pregunte que que nota me ibas a poner, y tu me dijiste
"Sabes, oh magnánimo darkel, he decidido ponerte un 10 en vez de un 9 porque asi quedara mucho mas bello y ursulínico tu boletin"
a lo que yo, con premura respondi
"Gracias, oh Chuchi, que dios te lo pague"
Y el dijo
"Como osas decir que dios me lo pague si yo soy dios"
Y lanzo un rayo y un meteorito pero no se a que planeta:(
Y asi termina la Tragicomedia de Chuchixto y Darkelea
ResponderEliminarHola Nancy bonita, buenos días.
Levántate que se hace tarde.
...este no, este tampoco...
¡Este siii!
¡Qué suerte tienes Nancy, con tu camita nueva, tu armarito, con tus propios vestiditos y con etiquetita y todo!
Je, je, me hubiera gustado verte en el departamento de Religión, mirando los restos de la desaparecida capilla... ¿tuviste una reacción alérgica cual vampiro de una película de Christofer Lee, o te quedaste observando el polvo acumulado en la anticualla como haría Indiana Jones frente al grial?
ResponderEliminarQue suerte me dais los profesores ¡¡que bien vivís!! (jodíos...)
Es verdad, "extraña mañana".
ResponderEliminarEl Real Madrid ha llegado a un acuerdo por un jugador del Valencia (albiol), y los ches todavia no lo han roto
Que bonito es Villablino.....
ResponderEliminarEn invierno y en verano....