Tomadura de pelo

Al fin se ha encontrado solución para el grave problema en el que se encontraban las Consejerías de Educación gracias a la verbigracia del Tribunal Supremo (cuyos jueces son elegidos por extraños pactos que persiguen mantener el estatus quo con respecto al aborto, el código penal y el modelo económico vigente). ¿Qué pasa con aquellos alumnos de Bachillerato que suspendan 3 o 4 asignaturas en Septiembre?

Bueno, la solución ha llegado y es todo lo salomónica que se podría esperar. Dado el extraño limbo jurídico donde se encontraban. Empezaron el curso con la posibilidad de estudiar en una especie de curso puente y lo acaban sin saber a que atenerse.

¿En qué consiste? Pueden elegir el menú que quieran:

• Cursar únicamente las asignaturas suspensas y mantener la nota de las aprobadas, pero nada de asignaturas de segundo aunque se abre la puerta a asignaturas de refuerzo planteadas por cada centro (o sea, las asignaturas de segundo encubiertas).
• Repetir el curso manteniendo las notas de las asignaturas aprobadas.
• Repetir el curso como hasta ahora, es decir poniendo el contador a cero sin guardar ninguna nota.

Para mi está claro que aunque la tercera sería la aconsejable, la mayoría de los alumnos en esta situación optarán por la primera. Provocando con ello que haya un número variable de alumnos según qué asignaturas.

Cabe esperar que esta medida sea provisional, ya que si continua en el tiempo alterará irremediablemente el funcionamiento del Bachillerato, creando una situación análoga a la que se vive en las universidades, donde existe masificación en las asignaturas difíciles y una matrícula mermada en las fáciles.

¿A qué me refiero con esto? En un departamento desbordado por el número de horas y alumnos se podría plantear dar un aprobado general para solucionar el problema, con lo que los conocimientos de los alumnos estarían sujetos al estado de bienestar del propio profesor. Y claro, al igual que pasa en la Universidad, un departamento falto de horas se podría plantear endurecer su asignatura para crear un provechoso tapón.

Puedes pensar que no somos tan mezquinos, que haremos lo justo. Pero mi experiencia me dice que los profesores somos personas normales movidas por nuestros intereses personales. El idealista, al igual que en las demás facetas de la vida, es corrompido y engullido irremediablemente por la inercia del sistema.

Para que te des cuenta de la gravedad de la situación voy a darte un pequeño ejemplo de algo que he vivido en mis propias carnes. Durante mis andares como interino tuve la oportunidad de sustituir a un jefe de departamento de un instituto. Este instituto tenía la peculiariedad de tener gran cantidad de profesores definitivos faltos de horas. La Inspección les había permitido organizar una serie de desdobles para evitar tener que suprimir alguna plaza, pero aún así la situación se iba volviendo insostenible con el paso del tiempo. La solución era obvia. Incrementar el alumnado del instituto hasta que llegasen las tan ansiadas jubilaciones. Pero esto ocasionaba un pequeño problema: la única forma de hacerlo rápidamente es pasando de curso a la mayor parte de los alumnos posibles, para que queden plazas libres en 1º de la ESO. Pero claro, ¿qué haces con los llamados objetores de la ESO? Bueno, la solución llegó de boca de un jefe de estudios en una CCP (reunión semanal de los jefes de departamento) en la que me encontraba en virtud de mi especial sustitución (haces el trabajo del jefe de departamento pero cobras como un vulgar profesor). ¿Qué dijo este adalid de la justicia educativa? En palabras casi textuales (han pasado ya 5 años): "Dada la necesidad del centro de aumentar el alumnado, sólo deben repetir en 1º de la ESO 20 alumnos. Ni uno más. Y sí son menos, mejor." Te puedes imaginar la tempestad que siguió a ese comentario. La más activa fue obviamente la jefa del departamento de Inglés, que era la que ostentaba el segundo mayor número de suspensos en ese nivel. La persona que tenía tan honroso récord se quedó simplemente pasmada, y puedo dar fe de ello, porque era yo mismo.

En fin, enhorabuena para todos los estudiantes de Bachillerato que se aprovechen de esta magnánima resolución, aunque ha abierto una espita casi imposible de cerrar en el futuro, "ya que en el fondo de mi corazón sé que la justicia equitativa en el mundo de la educación ha sido mortalmente herida por esta tomadura de pelo pergueñada por los dirigentes de este país".