No existen las transiciones modélicas por mucho que escuches que la de nuestro país hacia la democracia lo fue. Se trata de un eufemismo del que nos gusta alardear por el mundo entero. En toda transición hay que pagar un precio. Éste puede ser pequeño o grande dependiendo del grado que compromiso que tuvieses con la realidad anterior. Yo no viví la Transición española, sólo tengo 32 años, pero en estos últimos años he visto algunos de los sacrificios que tuvieron que hacer ambas partes en la búsqueda de un nuevo lugar común.
Mi instituto se encuentra en una pequeña fase de transición, la primera que vivo dentro de una pequeña comunidad (el término familia me parece excesivo para una institución con 130 profesores y 1200 alumnos). Ésta es abrupta (al contrario de nuestro ejemplo patrio). Una opción tan buena como la otra, como nos recuerda incesantemente la Historia (Obama parece haber tomado el mismo derrotero, cambiar todo en el primer año de mandato y después aguantar el chaparrón los tres siguientes).
De todas formas, en este artículo, no quiero entrar a discutir la validez de los nuevos postulados que sigue el equipo directivo entrante, sino en las consecuencias que estos han provocado dentro de nuestra comunidad.
La primera consecuencia ante el intento de cambio de los paradigmas de una sociedad es la aparición una fuerte oposición compuesta por aquellas personas que creían que el sistema anterior era mejor. Es un grupo heterogéneo donde tienen cabida todo tipo de opiniones, a veces, contradictorias entre ellas, pero en el fondo semilla de la discordia y el enfrentamiento personal.
La segunda se refiere al régimen de interinidad que se vive dentro de la sociedad, ya que los nuevos usos se solapan con los viejos, provocando situaciones esperpénticas que suelen desembocar en agrias discusiones.
La tercera trata sobre las situaciones particulares. Las pequeñas conquistas obtenidas durante años de lento laboreo se esfuman con increíble rapidez, creando dentro del personal una sensación de que se ha ido a peor. Parece que las ventajas del nuevo sistema no cubren lo perdido del precedente.
La cuarta y última es sobre el proceso de adaptación. Cuando más tiempo se está imbricado dentro una máquina que aún con sus imperfecciones parece funcionar, más cuesta encontrar tu lugar dentro del nuevo escenario. Eso suele sobre todo afectar a las personas que solían dirigir los designios del antiguo sistema. Además éstos tienen que sufrir el acoso de aquellos que buscan un nuevo puntal al que agarrarse antes de perecer engullidos por las nuevas reglas.
En definitiva, estas son las consecuencias de una transición abrupta. La única ventaja es que a la larga (unos pocos meses) todo el mundo habrá encontrado su lugar dentro de la nueva realidad y añorará el idealizado tiempo pasado en la hora del café.
De donde he extraído todas estas conclusiones, te estarás preguntando: de comentarios susurrados, de cambios de comportamiento observados, de situaciones vividas en primera persona y de alguna discusión oída.
A mi personalmente me gustan cada vez más las transiciones lentas, "¿será que estoy perdiendo el pequeño revolucionario que hay en mí?"
De todas formas, en este artículo, no quiero entrar a discutir la validez de los nuevos postulados que sigue el equipo directivo entrante, sino en las consecuencias que estos han provocado dentro de nuestra comunidad.
La primera consecuencia ante el intento de cambio de los paradigmas de una sociedad es la aparición una fuerte oposición compuesta por aquellas personas que creían que el sistema anterior era mejor. Es un grupo heterogéneo donde tienen cabida todo tipo de opiniones, a veces, contradictorias entre ellas, pero en el fondo semilla de la discordia y el enfrentamiento personal.
La segunda se refiere al régimen de interinidad que se vive dentro de la sociedad, ya que los nuevos usos se solapan con los viejos, provocando situaciones esperpénticas que suelen desembocar en agrias discusiones.
La tercera trata sobre las situaciones particulares. Las pequeñas conquistas obtenidas durante años de lento laboreo se esfuman con increíble rapidez, creando dentro del personal una sensación de que se ha ido a peor. Parece que las ventajas del nuevo sistema no cubren lo perdido del precedente.
La cuarta y última es sobre el proceso de adaptación. Cuando más tiempo se está imbricado dentro una máquina que aún con sus imperfecciones parece funcionar, más cuesta encontrar tu lugar dentro del nuevo escenario. Eso suele sobre todo afectar a las personas que solían dirigir los designios del antiguo sistema. Además éstos tienen que sufrir el acoso de aquellos que buscan un nuevo puntal al que agarrarse antes de perecer engullidos por las nuevas reglas.
En definitiva, estas son las consecuencias de una transición abrupta. La única ventaja es que a la larga (unos pocos meses) todo el mundo habrá encontrado su lugar dentro de la nueva realidad y añorará el idealizado tiempo pasado en la hora del café.
De donde he extraído todas estas conclusiones, te estarás preguntando: de comentarios susurrados, de cambios de comportamiento observados, de situaciones vividas en primera persona y de alguna discusión oída.
A mi personalmente me gustan cada vez más las transiciones lentas, "¿será que estoy perdiendo el pequeño revolucionario que hay en mí?"
Ista ista ista, Chuchi fascista. Juojojojo
ResponderEliminarLo has dicho todo dando tantos rodeos que no sé ni como me he enterado. Te mereces el Premio Nobel de la Perífrasis.
Ay Chuchi Chuchi, ¿de qué transición abrupta nos hablas? si de momento los únicos que transitan son ellos (el equipo directivo) los demás sólo las vemos venir. De momento la transición se reduce a tres cosas: palabras, rejas y horarios.
ResponderEliminarSí, pero acongojada te encuentras por lo que supones que está por venir. La etapa de los horarios está llegando a su fin, por lo que la época del nuevo talante caerá sobre nuestros lomos como una losa, al igual que las hojas del otoño.
ResponderEliminarPor cierto, es abrupta por la actuación de la gente ante la situación. Basta con observar un cambio de clase para darse cuenta del comportamiento errático de todo el mundo. Es como poner pingüinos en el delta del Nilo, no saben lo que hacer para superar la situación.
En fin, gracias por pasarte por mi blog.
Sí, es un problema serio, si se jode la trasmisión del coche el taller te da una clavada.....
ResponderEliminarEso va a ser de la junta de la trócola.
ResponderEliminarMe hacen gracia estos largos disertos de Chuchi en los que se queja de cuán amarga es la vida del pobre funcionario docente, del mísero sueldo que perciben y la cantidad de horas que deben dedicar a su actividad laboral.
ResponderEliminarPor favor señor Chuchi pásase usted un día por cualquier empresa privada y pregunte. Seguro se sorprendera de la cantidad de vicio que hay en sus lamentos.
PD. Me edito a mi mismo:
"Cuando llegue a presidente todos los funcionarios sabrán lo que es trabajar. Con la cantidad de piedra que hay en España para picar..." y añado: "entonces sabreís lo que es una transición lenta. Pues anda que no habrá tiempo para picar..."
Picar, picar, picar sin parar,...
ResponderEliminarChuchi seguirá pediendo dejar de darle al "pico" pero fuera de clase.
ResponderEliminarBueno Chuchi, no sé por qué esperaba que pusieras una entrada en el blog acerca de este tema del que poca gente habla, pero todo el mundo tiene en mente. No voy a cuestionar tu opinión sobre los cambios (que por otra parte no la sé, pero me la imagino xDD), pero al menos me gustaría comentarlo un poco.
ResponderEliminarMe parece bastante vergonzoso que alguien llegue al mando (sea un director, sea un político, lo que sea) debido a ser el único candidato disponible. Creo que esto va en contra de toda lógica, y no debería permitirse en la sociedad y mucho menos en un centro educativo. No digo que sea el caso ehh... :P xDD.
Por otra parte destacar que las medidas pseudoprogresistas tomadas por la junta directiva (o vete tú a saber quién, en la alemania nazi las tomaba la mayoría Hitler...) no hacen si no acrecentar el disgusto social o más bien estudiantil sobre las medidas más faraónicas y retrógradas, intentando ser camufladas por las anteriormente nombradas.
Ladrillazo, ahora a ver si alguien lo comprende xDD.
Un saludo.
PD: Abajo el totalitarismo.
bueno vamos a ver.
ResponderEliminarEs evidente que comparar lo que ha pasado en el instituto con un regimen totalitario es de chiste. pero aun asi no me gustan nada las medidas tomadas, muy al tuntun y que carecen de sentido como encerrarnos en un zulo durante 6h y no poder salir de el (con el peazo gasto de la puerta mecanica esa) cuando si vemos el insituto observamos que los laboratorios no se usan (bien esto es por la incompetencia de la mayoria de los profesores de ciencias fisicas o biologicas) o si vemos la equipacion de la "biblioteca" aunque llamarlo biblioteca es un contrasentido, tengo yo mas libros en mi habitacion.
Otra medida chorra es quitar las rejas protectoras de los caniones de video (perdonad la enie en suecia no tiene tecla y no me se el codigo ASCOO). a ver si las quitan porque confian que el alumnado no las va a romper, porque no confian en que no se piraran... o viceversa:S
en fin, cuando vyuelva a espania continuare debatiendo esto
Joer vaya tochos que meten los comentaristas con lo facil que es llegar y poner unz xorrada....
ResponderEliminar¡¡Socorro!! Espero que no se trate también de la transición hacia el barroco. Acaso, ¿no estarás leyendo algún libro de caballerías?
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Abrupta y poco definida, ¿sin sentido? ¿sin dirección? ¿sin saber qué se quiere? Eso ya pasó en el 77.
ResponderEliminarSalió medio bien como tu has comentado, pero a costa de dejar de lado las ideologías y ser prácticos (Carrillo te lo puede decir y el mismo Suárez si pudiera).
No sé si los que dirigen la nuestra son tan pragmáticos como aquellos.
Y no te preocupes,no es que estes dejando de ser revolucionario.
Un viejo socialdemócrata aleman, Willy Brand, dijo en alguna ocasión que "el que tiene 20 años y no es socialista es que no tiene corazón".
Obviamente tu no estás en la veintena.
Vaya, segun Willy Brand no tengo corazon. Y si con 30 sigues sin ser socialista?
ResponderEliminarEs decir, cuando me va a "salir" el corazon?