Al fin tenemos a un Donald Trump completamente desatado, ya sea en geopolítica vaquera al más puro estilo George Bush hijo, con una creciente guerra comercial con China, una ansiada pero improbable intervención en Venezuela (el viejo recurso del golpe de estado perpetrado por teléfono por la CIA ha fracasado) y una más que probable guerra con Irán (explicación última de la espantada de la fragata española); como en clave de legado para la historia con un incremento presupuestario para la NASA que persigue conseguir colocar una pareja estadounidense en la Luna a más tardar en 2024 (que ni de coña va a conseguir sin invertir mucho más dinero del ahora asignado), que curiosamente coincide con el final de su segundo mandato, si este acaece. En fin, "han pasado 2 años y 176 días desde que ganase las elecciones y ya se encuentra más preocupado de su lugar en la historia que en lo que pasa en el mundo. Ya veremos si será por llegar a la Luna de nuevo, por ganar/perder una guerra comercial con China o enfangarse en una guerra contra los ayatolás".
Renovado. La economía en Yanquilandia va bien.
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