Era Rajoy - Año 0 - Día 82

Y al fin el gran misterio de la reforma laboral se destapó. Si mientras el precio que han tenido que pagar los bancos por su aventura inmobiliaria es casi mínimo (simplemente ganarán menos durante un par de años) los trabajadores de este país se enfrentan a un nuevo despido de 20 días por año trabajado, tanto para los nuevos contratos como para los ya vigentes. No te dejes engañar por los 33 días que están anunciando los medios de la derecha, ya que la prueba de despido improcedente recaerá en el trabajador despedido que además tendrá que convencer a un juez de ello (ya sabes, uno de esos tan de moda actualmente). Ahora no resulta tan extraño que quieran que los divorcios los gestionen los notarios.

Bienvenidos a la era del ERE. Toda empresa se podrá acoger a él tanto si tiene tres trimestres consecutivos de perdidas (lo cual entraba dentro de lo aceptable en tiempos de crisis) como si disminuyen los ingresos o ventas planeados durante estos tres trimestres. Es decir, que con un poco de ingeniería contable y teniendo en cuenta que ya no hay que pedir permiso alguno para lanzar uno de estos nuevos ERE a la Administración competente (o incompetente, según se entienda) cualquier empresa podrá despedir ingentes cantidades de trabajadores sin problema alguno (ya se pagarán las costas cuando los juicios lleguen a término 7 años más tarde).

Sí, ya sé que hay un paquete de ayudas a la contratación para parados desfavorecidos, dígase jóvenes y mujeres, pero la diferencia por contratar a un hombre está en los 100 euros. Pero semejante paquete en una economía deprimida como la nuestra, donde el consumo disminuye a pasos agigantados gracias al decretazo navideño, nada puede hacer por solucionar el tema del paro, que mágicamente ha pasado de ser solucionable hace tres meses a ir desbocado hacia los 6 millones (ya hay alguno que prevé llegar a los 7 millones).

De todas formas tranquilo, no te enfades todavía, porque como ya ha deslizado algún empresario el despido libre podría llegar en otoño arropándose en la mayoría absoluta y una cifra inadmisible de parados.

Por otro lado, por eso de que por el maldito Salario Mínimo Interprofesional los famosos mini-empleos alemanes son inaplicables en España, parece que han encontrado la solución para la picaresca de la economía sumergida. A partir de ahora los desempleados que estén cobrando la prestación deberán realizar Servicios a la Comunidad (sí, esa serie de trabajos tan de moda en los Estados Unidos para los delincuentes famosos). No está claro a que tipo de servicios se están refiriendo, pero podríamos considerarlo como la semilla para el nacimiento de una nueva casta de trabajadores públicos, dígase, o encuentras empleo o te vas a barrer un pabellón. Por cierto, que según van pasando los días se va descubriendo poco a poco la realidad del secreto alemán dado que los medios de comunicación de toda Europa están empezando a indagar como pueden haber tan pocos parados en los tiempos de crisis que corren en la locomotora de europea. La respuesta, trabajos de euro la hora, que traducido por nivel de vida (ese que tanto fascina a algunos por estos lares) serían por ejemplo unos 60 céntimos en España. Para que luego digan que en China explotan a la gente. Todo esto contrasta con unas declaraciones de hoy de Rato en las que viene a decir que los políticos españoles cobran demasiado poco para todo lo que tienen que hacer y la responsabilidad que recae sobre ellos.

Mientras tanto el drama griego sigue, inmerso en una huelga general de 48 horas, con medio Consejo de Ministros dimitiendo y Bruselas recelando de todo lo que dicen sus dirigentes políticos (bueno, lo que quedan).

Pero nosotros a lo nuestro, para risión del mundo entero, enjuiciamos a nuestro juez estrella, lo condenamos y al mismo tiempo el objeto de su persecución, Camps (entre otros), se dedica a presentar una peregrina tesis doctoral que defiende la aplicación en España de una variante del sistema electoral inglés (me imagino que para tratar de perpetuar la mayoría del PP para siempre). En resumen, Garzón instruyó la trama "Gürtel", desentrañando todo el tinglado que había detrás de la financiación irregular del PP y ahora se encuentra con que ha dejado de ser juez, que se le compara con los dictadores que persiguió y además tiene que pagar las costas del juicio. Por cierto, que a consecuencia de la ya famosa sentencia es más que probable que se declare la completa nulidad del proceso, liberando a todos los implicados.

En fin, para cerrar me quedo con la viñeta que ha hecho mi amiga Iratxe al respecto:

Y no lo olvides, todo esto ha pasado en 82 días (desde el 20 de noviembre), con el PP todavía arrasando en las encuestas, por lo que se intuye que la mayoría de los españoles siguen creyendo en lo votado y con unos presupuestos temibles que llegarán 5 días después de la Elecciones andaluzas-asturianas todavía esperándonos. "Largos se nos van a hacer los 1380 días que aún nos quedan por vivir de la Era Rajoy a los que constituimos esa agreste minoría que no vemos las bondades del nuevo régimen político".