Y ya lo consiguió Rajoy, lo que estaba buscando, manifestaciones en las calles a mansalva para demostrar a Merkel que está haciendo los recorte necesarios. Sin contestación social no sería un dirigente que estuviese realmente aplicando las clavijas como Dios manda al pueblo. Parece que el plan B, visto que los sindicatos no están por la labor de realizar una huelga general, se ha activado aunque el tiro puede salirle por la culata.
Ayer todos los telediarios mostraron imágenes como las siguientes:
El problema radica en que son alumnos de un instituto, el Lluís Vives de Valencia, cuya situación depende completamente del PP. Nunca un socialista ni nada que se le parezca ha intervenido en su gestión desde que se transfirieron las competencias de educación a las comunidades autónomas. Así que los problemas de falta de calefacción y demás regalías innecesarias al parecer para la correcta educación de los alumnos sólo son achacables al partido gobernante. Por lo tanto, como no puede ser culpa de Zapatero (ese agujero hediondo donde todo lo malo se puede tirar), los medios de la derecha se pusieron a crear conspiraciones para justificar lo acontecido (esas que tanto le gustan a El Mundo), como la de los infiltrados antisistema o la financiación oculta de los manifestantes por parte del PSOE (sin prueba alguna, faltaría más).
Y aquí podría haber quedado todo si no fuese por las gloriosas declaraciones que hemos escuchado desde el aparato (a partir de ahora me voy a referir a ellos como lo que son, un partido que busca acercarse al modelo chino) durante todo el día. Por ejemplo nuestro Presidente dijo con su mesura habitual:
"Si actuamos con mesura y sentido común, este tipo de cosas no se volverán a repetir."
Aunque preocupado por la imagen de España apostilló (no era esto lo que le dijo al Primer Ministro finés):
"No podemos dar una imagen que no es la de nuestro país".
Señor Presidente, el que siembra vientos siempre recoge huracanes.
El Ministro de Educación, Wert, que recordemos no tiene ningún poder sobre la situación dijo también:
"El asunto sinceramente creo que no se resuelve con manifestaciones, sino con diálogo".
La pregunta que surge es con quien tienen que hablar los estudiantes para conseguir que haya calefacción en su centro.
Los únicos que tienen que ver algo con este desaguisado son por orden, el Jefe Superior de Policía de la Comunidad Valenciana, Antonio Moreno, que soltó ayer frases como la siguiente (pongo el vídeo, que luego dirán que no dijo semejante locura):
La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, se despachó a gusto con declaraciones como las siguientes profundizando en la teoría de la conspiración:
"Vi la gente que era, como era y lo que pasaba. No pasaban de 200 personas en su conjunto, pero es verdad que la trascendencia ha sido tremenda".
"He hablado con la consellera de Educación y me ha contado que los únicos recortes se centran en el 50% en el sexenio de algunos docentes".
"Se ha quedado una izquierda pequeña, fraccionada y radicalizada".
"El PSOE ha perdido mucho por la izquierda y se ha desorientado".
"Están en la espiral de una mayor oposición de grupos radicales".
El problema es que el máximo responsable, el Ministro del Interior, se salió del guión y se lió en un discurso inconexo sobre el exceso (pongo el corte de Libertad Digital, para que luego no digan que falseo las declaraciones):
Ante semejante despropósito el Sindicato Unificado de la Policía (SUP), simplemente le tacharon de "cobarde", ya que ni apoya a unos y a otros.
Pero la guinda del día la puso nuestro flamante Ministro de Justicia, el antiguo centrista Gallardón, que asegura que la respuesta policial fue "legítima" y "obligada" porque los agentes fueron "violentamente agredidos".
En fin, al final Rajoy consiguió lo que quería pero donde no quería y como quería, una revuelta estudiantil poco o nada tiene que ver con sus grandes reformas laborales. "Sólo quedan 1370 días".
No merece la pena ni plantearse por qué hemos llegado a esto, ya que lo más grave es que muchos votantes del PP (casi todos grandes y fieles seguidores de Intereconomía) están de acuerdo en que todo lo que hace el PP es por una gran causa. Eso y que toda la culpa es de Zapatero, de los perroflautas y de la extrema izquierda, esa que propone repartos justos del dinero, que paguen más los ricos y que a los bancos ni un duro.
ResponderEliminarEstuve en la manifestación del domingo en Madrid y solo puedo decir que toda la gente que vi a mi alrededor era gente normal y corriente, que querían un presente y un futuro diferente al que nos espera.
Por cierto que en este caso los antidisturbios no se atrevieron a intervenir y eso que la manifestación estaba llena de pancartas de CCOO, UGT y IU. Se ve que contra más de 500.000 adultos la cosa no es tan fácil y no había porras para todos...