Madridgate

Lo más divertido de ser español es que cuando pasa algo relacionado con la corrupción somos capaces de trascender la realidad de una forma pasmosa. Lo que jamás se aceptaría como guión de cine por ninguna productora americana por surrealista está ocurriendo en la Comunidad de Madrid. Al fin hemos conseguido tener nuestro propio Watergate pero con un claro toque patrio.

La gran diferencia de este escándalo con el precedente norteamericano estriba en que mientras Nixon utilizó su grupo de espionaje para sabotear al partido Demócrata, el PP madrileño lo utilizó para espiar a sus propios militantes.


Lo más destornillante del tema es también que la trama fue destapada por el diario "El País", el 19 de Enero, para asombro del resto de medios de comunicación, ya que se suponía que el periódico de referencia para tales conspiraciones era "El Mundo". Ante el estupor que provocó que en días sucesivos las rotativas de "El País" fuesen desgranando elementos de la trama de espionaje con cuentagotas como si del "Washington Post" se tratase (aconsejo ver esa memorable película sobre la investigación del Watergate, "Todos los hombres del presidente" (1976)), el resto de los medios tuvieron que reaccionar dedicándose a apostillar y analizar las noticias publicadas, salvo "El Mundo", que guardaba silencio sobre el tema hasta que se le ocurrió señalar que el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón Jiménez, tiene un cuerpo parapolicial parecido. La razón de este proceder supongo que radica en que ante la incapacidad de Pedro J. Ramírez para desmentir las informaciones vertidas por su mortal enemigo, el Grupo PRISA, que mejor manera de restar importancia al tema que enmarañarlo más aún hasta que nadie entienda lo que está pasando.

Bueno, el escándalo consiste por ahora en que el Consejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, posee su propio centro de inteligencia y espionaje pagado con dinero público y al margen de cualquier protocolo oficial. Este grupo parapolicial se encarga de investigar todo los asuntos candentes de la política madrileña así como de seguir a altos cargos del PP que son sospechosos de conductas delictivas.

Supongo que dentro de un mes estaremos todos perdidos con la cantidad de nombres que publicarán los medios de afines al Gobierno y la intoxicación de los no afines.

Por ahora el mejor comentario sobre el tema lo da el propio Manuel Fraga (es al final del este corto vídeo):



De todas formas, si este escándalo discurre como su equivalente norteamericano, con el paso del tiempo, deberíamos esperar las dimisiones de Esperanza Aguirre y otros altos cargos del PP madrileño. Y, tal vez, el del propio Mariano Rajoy. Pero como esto es España, lo que al final ocurrirá es que nadie dimitirá y quedará todo como otro manchón de chapapote en la historia del PP.

En el hipotético caso de que haya dimisiones, te imaginas, "sólo quedarían como candidatos a la presidencia del Gobierno Acebes o Zaplana, al ser los únicos no implicados en la trama. Alucinante".