La propietaria del Sol

Hasta el último momento he dudado en publicar este artículo. Me parece una estupidez de tal calibre que una persona se haya hecho propietaria del Sol que no sé si es necesario seguir dando publicidad al tema, pero dada las características de este blog y la supuesta implicación del Ministerio de Industria, haré de tripas corazón y le dedicaré unas pocas líneas.

Una de las consecuencias más curiosas de la Guerra Fría fue el pacto de no poder reclamar ninguna nación la propiedad de los territorios que se encontrasen más allá de la atmósfera de nuestro planeta. El espacio, la última frontera, quedaba fuera de nuestras rivalidades territoriales y pasaba a ser en teoría propiedad de toda la humanidad (siempre y cuando unos desalmados extraterrestres no decidiesen llevarnos la contraria).

Ahora bien, la redacción del tratado en cuestión era tan vaga, que por un resquicio legal (uno de esos que tanto molan en los dramas judiciales) nada impide que un particular reclame la propiedad de un pedacito de cielo para si mismo. Pues, mira tú por donde, Ángeles Durán, una gallega, ha conseguido la escritura de propiedad del Sol para si misma.

Y esto podía haber acabado aquí, como una broma que demuestra la debilidad de las leyes internacionales. Pero la mujer en cuestión ha decidido lucrarse con su meritoria acción utilizando como respaldo la crisis económica (la real o la imaginaria creada por los especuladores, vivimos en un mundo donde lo ficticio se confunde con lo cotidiano) que acucia a este país, al plantear, basándose en semejante título de propiedad, que las compañías eléctricas deberían pagarle un canon por toda la energía eléctrica generada a partir de las placas solares que jalonan nuestro planeta (cómo si fuese barato o rentable generarla).

Obviamente semejante estratagema, en un mundo lleno de bufetes de abogados, no tendría ningún futuro. De ahí que haya prometido dedicar el 90% de los beneficios obtenidos a caridad, sí a caridad, ya que al igual que los pobres, el estado español, los becarios y el sistema educativo están igual de necesitados en estos tiempos (los que recibirían semejante regalo). Todo muy bonito, muy propio del musical de los pitufos en el que parece vivir esta mujer.

Ahora trata de imaginarte a nuestro Ministro de Industria yendo al OMC para reclamar la creación de un canon solar que deberían pagar todas las empresas eléctricas del mundo a nuestra amiga y el estado español. Semejante estupidez es inconcebible hasta para un amante de la ciencia ficción como yo (por cierto, sería un buen argumento para un relato corto). Por otro lado, me gustaría saber como haría frente a todas las reclamaciones relacionadas con el cáncer de piel que surgirían en el momento en el que se le reconociese propietaria del astro rey.

En fin, lo dejo aquí, porque no creo que merezca la pena seguir hablando del tema, aunque se me ha ocurrido que casi seguro que nadie ha escriturado el arco iris. A ver como suena: "Jesús Rodríguez Ferreras es propietario de un arco multicolor producto un fenómeno óptico y meteorológico que tiene lugar de forma asíncrona en cualquier parte del planeta".