Por orden, de mejor a peor (son todas buenas, pero esta es mi opinión):
Personalmente para mí es la mejor de las siete. Se trata de la película más completa que he visto en los últimos años. Tanto George Clooney como Shailene Woodley realizan unas interpretaciones excelentes, hasta me atrevería a decir que es el mejor papel que ha hecho George Clooney en toda su carrera.
La película utiliza como excusa un hecho completamente melodramático, presentado en los primeros planos de la película, para transportarnos a una especie de
fly-movie que recorre casi cómicamente el modo de vida de los habitantes de la siempre exótica
Hawaii. Una película mucho más redonda que las otras dos incursiones previas en los
Oscar de su director,
Alexander Payne, "
A propósito de Schmidt" (2002) y "
Entre copas" (2004).
En fin, una obra mayúscula que muestra como tiene que hacerse una película, obviando cualquier parafernalia visual que pueda distraer al espectador de la historia que está viendo.
Mi favorita hasta que vi la anterior aunque sigue siendo la líder en Twitter según los últimos datos (en Las Vegas la dan 100 a 1, así que dudo que gane). Vale, todo el mundo sabe mi pasión por Woody Allen de ahí que no resulte demasiado imparcial en este caso.
Vaya por delante que es una película que funciona mucho mejor en versión original que doblada. Mantengo mi respeto a la labor de los actores de doblaje españoles, pero se trata de un film donde su riqueza se encuentra en los giros que utilizan los actores en la interpretación de los diferentes personajes que aparecen en ella.
Ésta empieza como todas la películas de Woody Allen, con una pareja con problemas. Los primeras escenas recuerdan a la mayoría de sus películas, pero por arte de magia el protagonista, un escritor norteamericano con una crisis de creatividad (bueno, más bien preso de la psicodelia y pirotecnia que rodea a la mayoría del arte en la actualidad), es trasladado en una especie de viaje temporal a las épocas más famosas de París. Allí es donde encuentra en amor verdadero gracias a las conversaciones que mantiene con los grandes artistas de comienzos del siglo pasado que en la actualidad llenan tanto bibliotecas como afamados museos.
En fin, una comedia inteligente donde lo único que falla sea tal vez lo sosita que es la primera dama de Francia (lo que no quita que siga siendo increíblemente hermosa).
En ocasiones se nos olvida que el cine es el séptimo arte perdiéndonos en discusiones sin sentido sobre si una película recauda más que la otra o si es inteligible para la mayoría de los espectadores. Ya sé que elegir en tercer lugar un film que ha aburrido sobremanera a los mayoría de los que están leyendo este blog en estos momentos puede causar más de una agria discusión. Pero en el cine también tiene cabida la búsqueda de los límites del lenguaje en si mismo y esto es lo que busca siempre Terrence Malick.
Éste film se debe entender más en la línea de películas como "
2001: Una odisea del espacio" (1968), una obra donde es más importante la predisposición del espectador a sumergirse en la propuesta del director que en tratar de realizar un burdo análisis de las pretensiones de éste. Es una película donde la esencia la ponen las propias vivencias pasadas del espectador, de ahí que la compresión por parte de éste del significado de lo que está viendo sea radicalmente distinta de la que tenga el que se encuentre sentado en la butaca de al lado. Se trata de una de esas películas que no te dejarán indiferente, o la odiarás con todo tu corazón, o la considerarás una obra maestra, tratando de pelar la cebolla capa a capa durante cada nuevo pase (aunque nunca encontrarás la semilla, sino otra capa nueva).
Por cierto, como curiosidad, es la primera vez que veo a un dinosaurio haciendo algo distinto a la agreste cacería de su presa.
En fin, una película donde la artificiosidad narrativa está al servicio de los grandes temas que rodean a nuestras vidas. Una película que se convertirá en un film de culto en muy poco tiempo.
Sí, ya sé que también suelo defender a
Spielberg, pero el
Spielberg que defiendo es el que se dedica a hacer películas de ciencia ficción o aventuras, el dramático o cómico me suele aburrir sobremanera, aunque en esta ocasión me he encontrado con su primer film dramático que merece la pena desde "
El color púrpura" (1985). Y ya sé que me he comido por el camino las oscarizadas: "
La lista de Schindler" (1993), que nunca me ha terminado de convencer por su artificiosidad tanto argumental como visual, y la deleznable y sobrevalorada "
Salvar al soldado Ryan" (1998).
En esta película me he encontrado con un Spielberg más comedido, más cercano a lo que se espera de una película histórica británica (en el fondo es la película british nominada de este año) aunque todavía con algunos de los defectos que suelen lastrar su cine como por ejemplo la excesiva sensiblería con la que trata las relaciones familiares (primera media hora del film). Pero en esta ocasión, no sé si por utilizar como hilo conductor la vida del caballo o por huir de su habitual grandilocuencia en las escenas de acción donde suelen abundar planos panorámicos, ha sido capaz de trasladarnos de una forma casi mágica, casi de cuento de hadas, a lo más grotesco de la Primera Guerra Mundial. Hasta ver esta película no me hubiese imaginado a Spielberg rodando una escena tan elocuente como el estallido de la bomba de gas en la trinchera, que resuelve con un par de planos que huyen de su estilo habitual.
Por eso de poner una pega, parece que John Williams no se dio cuenta de que Spielberg quería hacer una película mucho más intimista de lo habitual. Éste va a lo suyo, como casi siempre.
En fin, una película que nos retrotrae a ese cine que hacía en el pasado directores como David Lean.
Sí, la favorita en quinto lugar y no he enloquecido. Antes de meterme en materia sólo adelantarte que últimamente he estado viendo unos cuantos filmes mudos de mi colección personal a raíz de que un compañero que se jubila la semana que viene y quiere despedirse de sus alumnos con estilo, hecho que me ha permitido revisar esta película desde una perspectiva más crítica que la de la mayoría de los espectadores.
Bueno, se trata de una película buena (la mayoría del cine que se hace últimamente es tan mediocre que no es difícil destacar), de consumo rápido que recurre demasiado tanto a la pirotecnia visual (y sonora, lo cual resulta casi hilarante) como al excesivo guiño cinematográfico. Es algo así como una especie de refrito de la percepción que tiene el gran público de lo que debía ser el cine mudo, es decir no de lo que realmente era el cine mudo. Así que cualquier cinéfilo empapado con esta clase de cine la odiará sin remisión.
Por contra, un cinéfago, dígase un servidor, es capaz de devorarla sin problemas, encontrando más gracioso el intento de imitar ese cine mudo inexistente del que hablo (más interesado en una sencilla historia de amor) que el real (más preocupado por la temática social).
En fin, una hábil fusión entre la "
Vida de perro" (1918) de
Charles Chaplin y "
Cantando bajo la lluvia" (1952) sin canciones (películas que te aconsejo que revises encarecidamente antes de atacar sin piedad esta pequeña crítica) que encumbra a los altares el estado actual de reciclaje total donde se encuentra el cine occidental.
Y en sexto lugar la gran competidora, la que hace temblar a la favorita, la invención de Scorsese. Si la anterior se acercaba a la grandiosidad del cine mudo a través del puro formalismo visual y narrativo (aunque en algunas ocasiones recurre a los más modernas trampas cinematográficas), la propuesta de Scorsese se adentra en la misma temática ayudado por las más modernas tecnologías para recrear un París que nunca existió (pero sin el interés del otro falso París que nos propone Woody Allen).
"
La invención de Hugo" (2011) trata de rescatar la magia de películas como "
Amélie" (2001) a través de un discurso impregnado de toda la pirotecnia visual a la que nos hemos acostumbrado en los últimos años a través de sagas como la de
Harry Potter. Sí, se trata de la primera incursión de este director en el cine para todos los públicos y el resultado puede parecer espectacular en primera instancia, pero después de un frío análisis te das cuenta de que algo falla en la estructura del film. La primera hora es pura magia que se auto recrea excesivamente en las posibilidades visuales del
3D, mientras que la segunda hora se concentra en un discurso casi carente de interés de lo mágicos que fueron los inicios del cine (muchas escenas me recordaban a esos vídeos que se ponen como transición en la
Entrega de los Oscar). En resumen, una película visualmente espléndida que pierde poco a poco la magia de sus primeros momentos de la historia de su protagonista,
Hugo, en aras de una especie de discurso sobre la fábrica de sueños que es el cine.
En fin, el problema es que un servidor aun viendo las virtudes del film no se ha dejado embaucar como la mayoría de los críticos por esa cinefilia facilona que nos propone Scorsese. Te prometo que la segunda vez que la veas no te gustará tanto como la primera vez.
Y para cerrar esta colección de pequeñas críticas, me quedo con la propuesta de este año de Aaron Sorkin, ya que el director, Bennett Miller, parece que se va a convertir en un asiduo de estos premios sin llevarse nunca uno el mismo (se va a quedar siempre a las puertas, como el manager protagonista del este film).
Esta película se podría encuadrar dentro del grupo de filmes que sólo es digerible por el propio público norteamericano, ya que da por supuesto un conocimiento casi religioso de uno de sus deportes nacionales, el béisbol, que es extraño para el resto de foráneos. Y es ahí donde se encuentra su mayor defecto, ya que sin un eficaz colchón explicativo (carente de sentido en esas tierras) para un servidor hace que cojee la construcción de los personajes, que pasan a convertirse en unos extraños que discuten sobre la forma de enfocar el juego que se me escapa. De todas formas no quiero despreciar la interpretación de sus actores principales, que evitan casi todos los tics a los que nos tienen acostumbradas las películas sobre deportes que vienen del otro lado del charco.
En fin, la única pregunta que cabe hacerse es para cuándo se atreverán en Europa a hacer una película de estas características sobre el fútbol, que falta hace.
Y ya está, si has conseguido llegar aquí te habrá dado cuenta de que no he hablado ni de "
Criadas y señoras" (2011), que no me ha llamado la atención, y de "
Tan fuerte, tan cerca" (2011), que no la he podido ver aunque los críticos dicen que iba descaradamente por el
Oscar y al final ha quedado como el
patito feo de la contienda. Por cierto, "
después de semejante entrada me voy a tomar mañana de descanso, que el domingo nos toca Entrega de los Oscar y como siempre realizaré una cobertura especial en este blog".