lunes, 18 de noviembre de 2013

Curioso ejercicio teórico

A raíz de un comentario realizado de pasada por un amigo llevo toda la semana realizando un curioso ejercicio teórico en mi cabeza. Éste se refería a que se estaba planteando crear una Sociedad anónima centrada en su trabajo por libre actual. No voy a entrar a discutir la idoneidad del formato mercantil planteado, ya que para nada soy experto en el tema, sino que lo voy a tomar como punto de partida de para algo más oscuro y despiadado.

Dejando aparte los lazos familiares, ya que pese a quien le pese la sangre en ciertas ocasiones obliga a realizar inversiones que se ven a una legua que son cuando menos fantasiosas y cuyo retorno se pierde con el paso del tiempo en vagas promesas, vamos a centrarnos en inversiones de las que se espera una cierta rentabilidad a largo plazo por encima de la tasa de interés aplicada por ejemplo a un plazo fijo. Obviamente me estoy refiriendo a adquirir un paquete de acciones como inversión con un dinero que en principio no lo vamos a necesitar inmediatamente, pero del que a medio plazo (5 o 10 años) puede significar la diferencia entre que compremos el piso de nuestros sueños o un hijo nuestro vaya o no vaya a la universidad.

Ahora bien, en los tiempos que corren la mayoría de empresas que surgen no están ligadas a unos ciertos bienes materiales (terrenos, maquinaria, etc) que en cierta forma permiten mantener algo en propiedad después de un fracaso, si no a conceptos nuevos (soluciones informáticas innovadoras, conceptos de videojuegos, sistemas de franquicias, etc) cuyo retorno en caso de fracaso es nulo. En estos casos ya no importa tanto el plan de negocio planteado por la empresa como las personas que están detrás de ese proyecto (su compromiso con la realidad, su capacidad de trabajo, sus virtudes innatas de comunicación, etc).

Bueno, teniendo en cuenta que mi perfil inversionista me acerca mucho más a un clásico ahorrador alemán que a uno de esos alocados emprendedores norteamericanos en que tratan de transformarnos nuestros dirigentes, voy a plantearte el siguiente ejercicio teórico: "Supón que un amigo se te acerca un día y te pregunta si te gustaría invertir en una empresa que está a punto de fundar el 20% de tus ahorros. Ahora repasa mentalmente todos tus amigos, cercanos y lejanos, y teniendo en cuenta su perfil profesional, su constancia, sus vicios conocidos y su historial pasado decide con cuales te jugarías los rubros y con quienes no".

Mi lista, que obviamente no desvelaré para no herir susceptibilidades (ya he perdido demasiados amigos por estupideces y perder a otro por un simple ejercicio mental sería ya completamente surrealista), es más larga de lo que pensaba inicialmente. Cuenta con al menos una docena de nombres (vale, tal vez conozco a demasiada gente), aunque seguramente nunca trabajaría como empleado para la mitad de ellos (algunos harían palidecer a Jeff Bezos). Por cierto, aunque tengo buen auto-concepto de mi mismo como dejo deslizar a menudo, mi propio nombre no estaría incluido en tan selecta lista ni por asomo. No tengo ni tendré nunca madera de emprendedor, aunque no voy a negar que en más de una ocasión se me han ocurrido algunas ideas que merecerían ser exploradas por una startup (o eso creo, que desde la poltrona o desde una pinta de cerveza todo parece posible), pero que me las voy a guardar para mi mismo por el momento por si en un último alocado movimiento sin sentido Wert me echa a la calle.

En fin, aunque ese amigo ya sabe que puede contar conmigo desde hace unos cuantos años (ya le dije que podría interesarme invertir en un proyecto de esas características), "solo por animar un poco los comentarios del blog, decir que algunos de los nombres de mi lista se encuentran entre los lectores de este blog aunque no necesariamente dejen alguna vez algún comentario en éste (esos oscuros lectores de los que nunca hablo pero que me siguen fielmente semana a semana y dejan su rastro en las estadísticas de acceso)".

6 comentarios:

  1. ahora mismo el 20% de mis ahorros equivale a 12 caramelos de una bolsa que tengo en mi mesa,15 obres de Té de distinto tipo, 100 folios de un taco de 500, varios capítulos de fascinantes libros de química, y unas cuantar cartas del munchkin, que nunca vienen mal. Perfecto, estoy listo para invertir ! ,
    (música de pokemon/digimon de fondo)
    Universitario----->Emprendedor !!

    Fue 15+0
    Des 23+0
    Cons 20 + 1
    Int 23+5
    Sab 20 -5
    Car 4
    Has adquirido una nueva habilidad, paupérrimo, te permite permanecer sin comer mas tiempo que tus compañeros de aventuras !

    Alquimia 10 -3 , no tienes para pagar la matricula, Wert se queda tus puntos

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  2. Yo no te pediría 20%... Jamás me arriesgaría a que tu hicieses la cuenta contraria para que yo intuyera un 100% de ahorros ficticio.

    Dejando eso a parte, he de decir que yo jamás invertiría nada de nada si no se me ofrece a la par parte activa en un negocio donde soy la F de Fool y la F de friend (de las famosas tres F de una start up). Ofrecer mi participación sería para mí garantía de que creo en ello, lo del dinero al final acabaría siendo una formalidad redundante

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  3. Dinero de por medio = fin de la amistad...
    Lo mejor es lo que yo hago. Préstamo tipo Cofidis con un módico interés del 30% anual y una clausula de rotura de piernas en caso de impago.
    ¿Alguien quiere montar algo? Quede claro que yo le presto pasta...

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    Respuestas
    1. Dinero de por medio = fin de la amistad - Totalmente de acuerdo

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  4. Inzert me gustan las rosquillas que has puesto de perfil... sobre todo las dos grandes que se ven al fondo. ;-)

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  5. Estoy con Inzert y el Tio la Vara, y normalmente cuando hay dinero de por medio se puede ir al traste la amistad... Soy más partidario de una asociación como la que comenta Bierce, siendo parte activa del negocio, quizás es que sea muy conservador, o me gusta meterme de cabeza en el jaleo...

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