La ciencia ficción en la realidad (27): Hologramas en tiempo real

Todo físico en algún momento de su vida ha tenido que encerrarse en un sótano de la facultad para crear con sus propias manos un holograma. Se trata de uno de esos resultados prácticos espectaculares y al mismo tiempo inútiles de cara al público general que jalonan nuestra formación (en este grupo tendríamos que incluir experimentos como la determinación de la latitud usando un péndulo o la visualización del efecto Zeeman).

Ahora bien, imagínate que fuese posible que estos espectaculares hologramas, que se llevan haciendo desde 1947, pudiesen transmitirse en movimiento y en tiempo real, con una frecuencia de refresco de 30 fotogramas por segundo. Pues que películas como "Avatar" (2009) equivaldrían a lo que en la actualidad nos parecen los filmes rodados en blanco y negro (no hablo de calidad cinematográfica, sólo de calidad técnica).

Obviamente, como todo lo que te traigo a esta sección, te sonará a pura ciencia ficción, pero Nasser Peyghambarian, un físico de la Universidad de Arizona, piensa que se puede hacer y desde hace años trabaja con ahínco en el tema. El resultado, una pantalla de plástico que es capaz de actualizarse mediante un pulso de láser cada dos segundos (un hito, el anterior récord se encontraba en los 4 minutos). Para las pruebas que puedes ver en los siguientes vídeos utilizaron 16 simples cámaras web, aunque no existe ninguna limitación en su número (cuanto más cámaras se utilicen más fina será la proyección):

Ya sé que no parece muy asombroso por el momento, pero para alguien como yo que se tiró toda una mañana para obtener un triste holograma de un barquito de papel es francamente increíble.

Por cierto, también tendremos que empezar a acostumbrarnos a utilizar una nueva terminología, si hasta el momento hablábamos de píxeles, a partir de ahora tendremos los hogels, abreviatura de píxeles holográficos (siempre digo que los americanos son dados a dar nombres bastante sencillos a sus creaciones).

La referencia cinematográfica no podría ser otra que la petición de auxilio de la princesa Leia en la mítica "La guerra de las galaxias" (1977):

En fin, parece que poco a poco nos acercamos a un mundo donde la telepresencia será un juego de niños y todas esas cosas que estudié en la facultad encontrarán una aplicación práctica. Claro, "siempre y cuando los sacrosantos ingenieros vayan acortando el retraso de 60 años que llevan con respecto a los sueños de unos físicos locos que revolucionaron nuestra comprensión de la naturaleza, aunque por desgracia sólo sobre papel".