Otra de las excentricidades que tiene Benavente, es que ha sustituido en su paseo más importante, dígase los Jardines de la Mota, el parque infantil que existía desde tiempos inmemoriales (recuerdo que algún lector de este blog perdió más de un diente en ellos), por lo que viene a llamarse un Parque Biosaludable.
A parte del disparate de gastarse 270.000 €, en plena crisis económica, en tan magna obra, quiero decir 45 millones de las antiguas pesetas. Me parece que transmite una imagen un poco esquizofrénica de una ciudad que pretende alcanzar los 20.000 habitantes, ya que eliminar zonas infantiles de la zona más representativa de la ciudad, no invita a mudarse a ella (bueno, tal vez esto sea una contaminación cultural americana, dado que nadie en España se fija en estas chorradas cuando decide en que ciudad va a vivir el resto de su vida).
A esta hora te estarás preguntando que es un Parque Biosaludable. Es un conjunto de máquinas de gimnasio especiales para la tercera edad adaptadas para su uso a campo abierto, es decir, que son los columpios de la gente anciana. La pretensión principal de su ubicación actual es permitir a las personas mayores que salen a pasear, realizar ejercicios de mantenimiento en ellas.
El problema fundamental, es que esta clase de ejercicios, al igual que en un gimnasio, deben estar monitorizados por profesionales, que conozcan las características de cada persona mayor en particular, ya que algunas de las máquinas pueden ser contraproducentes para su estado físico.
Como ha solucionado el Ayuntamiento tal contigencia: con la presencia durante la mañana de una monitora (por la tarde ni oír hablar de ella). Dejando, a parte, su preparación, que puede ser muy buena, ella simplemente se puede fiar de lo que le digan los usuarios, algo no muy halagüeño, dado que como diría el Dr. House: "Todos los pacientes mienten".
Espero, "que una idea que, al principio, puede parecer muy buena, no acabe en un craso error, dígase en un accidente de una persona mayor de nuestra ciudad".
A esta hora te estarás preguntando que es un Parque Biosaludable. Es un conjunto de máquinas de gimnasio especiales para la tercera edad adaptadas para su uso a campo abierto, es decir, que son los columpios de la gente anciana. La pretensión principal de su ubicación actual es permitir a las personas mayores que salen a pasear, realizar ejercicios de mantenimiento en ellas.
El problema fundamental, es que esta clase de ejercicios, al igual que en un gimnasio, deben estar monitorizados por profesionales, que conozcan las características de cada persona mayor en particular, ya que algunas de las máquinas pueden ser contraproducentes para su estado físico.
Como ha solucionado el Ayuntamiento tal contigencia: con la presencia durante la mañana de una monitora (por la tarde ni oír hablar de ella). Dejando, a parte, su preparación, que puede ser muy buena, ella simplemente se puede fiar de lo que le digan los usuarios, algo no muy halagüeño, dado que como diría el Dr. House: "Todos los pacientes mienten".
Espero, "que una idea que, al principio, puede parecer muy buena, no acabe en un craso error, dígase en un accidente de una persona mayor de nuestra ciudad".
Leshes, ni me habia dado cuenta de cuando han instalado ese parque "biosaludable"...
ResponderEliminarEl nombre de por sí es una suprema chorrada, intentando ser modernillo, valdría tanto para un centro de recuperación de chatarra, como una fabrica de productos ecológicos, como para esos columpios para la tercera edad...
Incluso el simple hecho de quitar los columpios infantiles por otros destinados a la poblacción anciana me parece algo para meditar... ¿se está convirtiendo Benavente en un pueblo anciano, como pasa en muchos pequeños pueblos de la zona...?
Amén del deterioro que sufren estos "columpios" estando expuestos a la climatología y a la "vandología", me parece absurdo dejarlos al uso de cualquiera en la ciudad. Con todos los edificios vacios o desaprovechados que existen en la ciudad, ¿por qué no ubicarlos dentro de alguno?. De esta forma se controlaría quién y cómo los usa y podrían ser empleados en los fríos días invernales de Benavente.
ResponderEliminarPor cierto, el que perdió tres dientes con el golpe de un balancín, fui yo. Por suerte eran aún los de leche y los nuevos crecieron sanos y fuertes. Eso sí, pasé gran parte de mi infancia completamente desdentado.