sábado, 30 de agosto de 2008

Una semana muy larga

Como siempre, las semanas de transición son extrañas. Cuando estaba el sábado pasado contando los días antes de volver a Ávila, me planteaba una cierta planificación, que por el devenir caprichoso del destino, se incumplió en todos sus puntos.

El domingo caí enfermo de una pequeña gripe, supongo, producto de la acumulación de los excesos veraniegos. Ya sea porque el agua de la piscina estaba muy fría, teoría soportada por mi madre y el socorrista, o por los hielos de los mojitos del sábado noche, teoría aportada por RK2. La verdad es que el domingo me quedé en casa por la noche con 38ºC de fiebre. Era la primera noche que no salía en años en Benavente. Creo que más de un amigo mío tuvo que consultar ciertas tablillas sumerias para tratar de recordar un percance análogo.

Pero lo más gracioso, pasó al día siguiente, cuando, bastante deshidratado por cierto, traté de encender mi ordenador para escribir mi columna diaria. El disco duro de mi portátil había muerto. Aunque gracias a la perseverancia de RK2 y un maravilloso programa llamado HDD Regenerator debido a Dmitriy Primochenko, pudimos recuperar 2987 sectores de los 4139 sectores estropeados, en mi traqueteado disco duro. Como consecuencia salvamos la partición de datos que tenía con cerca de 24 Gb de ficheros. A veces, me asombra la empatía que sienten ciertos componentes informáticos por sus dueños, al mismo tiempo que tu enfermas ellos enferman.

También, como consecuencia de las secreciones bronquiales que siguieron a mi proceso febril, se acabaron mis días de piscina, por lo que me pude concentrar durante la semana definitiva del campeonato de pocha que hemos estado celebrando en Benavente este verano. Esto permitió que me alzase con la victoria como predije en la entrada "Más enlaces" hace dos meses y medio.

Y por último, cuando creía que nada más podía pasarme, en mi regreso a Ávila me tope con la única piedra con la que me faltaba tropezar: "Linecar"; una curiosa empresa que cambia los horarios y enlaces de sus autobuses al son de una música, tanto incomprendida por sus usuarios como por sus conductores. Con lo que un sencillo viaje en autobús directamente a Ávila se convirtió en la más rocambolesca de las aventuras. Pero tiempo habrá para hablar de esta empresa y sus tejemanejes.

En definitiva una semana completita. Y el lunes a trabajar, aunque no soy capaz de acordarme a que me dedicaba exactamente, "lo único que recuerdo es a unos diminutos seres gritones (muy parecidos a los daleks) a mi alrededor y que no tenía perro, por lo tanto no debo ser pastor o acaso sí lo soy, estoy confuso."

2 comentarios:

  1. Todo este cúmulo de pequeñas desgracias es lo que yo llamo un GRUMO ESTADÍSTICO

    Nota:
    También hay que dar las gracias a Peter Norton y a Vsevolod V. Volkov

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  2. Linecar... aún recuerdo lo mucho que lo padecí en la linea Benavente-Valladolid... esos autobuses que más que viejos eran piezas de museo, esas rutas de turismo rural, esas cutre-películas que ponían para "amenizar" el recorrido, la (nula) simpatía de sus empleados...

    Buf... vaya recuerdos....

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