Dura será la caída

Más de una vez en este blog me he preguntado sobre el secreto del llamado milagro español. Es una especie de enfermedad que parecía haber invadido a toda la ciudadanía desde el mágico 92. Todo el mundo creía que eramos ricos y podían ser propietarios. Los coches de marca y los chalets de diseño estaban al orden de día. Pero algunos avisábamos de que no era oro todo lo que reluce. La triste realidad se ha impuesto.

Para mi el milagro español se basaba en una creencia compartida tanto por los dirigentes económicos como por la ciudadanía en general: "El modelo capitalista basado en ciclos económicos había llegado a su fin. La senda del crecimiento continuaría sin fin gracias a los parabienes de la globalización". De ahí que la gente invirtiese basándose no en su patrimonio actual sino en su patrimonio futuro.

Ahora me gustaría oír a aquellas personas que me decían a todas horas que estaba perdiendo dinero al no hipotecarme. Al no invertir en suculentas cuentas en paraísos fiscales o detraer parte de mis ahorros para jugar en bolsa. En la actualidad no se oye a esa gente, supongo que se encontrarán escondidos en sus casas lamiéndose las heridas que les ha provocado el devenir habitual de la economía capitalista.

No soy economista, pero mis conocimientos de control de procesos complejos me hacían prever la situación actual. Todo lo que sube tiene que bajar, ya que la vieja ley de Adam Smith (fundamento del capitalismo aún no rebatido aunque le pese a más de un político) de la mano invisible que hace funcionar el sistema de la oferta y la demanda sigue vigente.

Puede que esta crisis esté ocasionada por la avaricia de los norteamericanos y sus hipotecas basura, pero el español medio también tiene su parte de culpa. Ya que hay que ser muy ingenuo para creer que mantendría su trabajo indefinidamente durante los próximos 35 años, que es lo que dura de media una hipoteca. Aunque conozco algunos que eran aún más incautos y decían que la hipoteca era pecata minuta, ya que con el paso del tiempo se irían cambiando de un puesto de trabajo a otro, siempre mejorando su sueldo.

La verdad es que en vez de enseñar tanta Educación para la ciudadanía, los poderes públicos (que no púbicos, como realmente me apetece escribir en este momento) deberían enseñar cordura económica a los alumnos, proporcionándoles datos como que cada 10-15 años hay una crisis económica, por la razón que sea: ajuste de recursos, encarecimiento del petróleo, guerras en países ricos en recursos vitales, etc; que provoca un aumento del paro, y por lo tanto empobrece a la población en general.

Aunque no quiero hacer sangre del tema, quiero recordarte que en un artículo anterior ya vaticinaba la que se nos venía encima. Lo titule "La crisis en ciernes" y causó un hondo debate entre mis lectores. Bueno, para los no creyentes, las previsiones de Bruselas para el 2010 hablan de una tasa de paro del 20,5% y un déficit del estado del 10%.

Y no quiero ser agorero, pero estas cifras no contemplan la posible pandemia de gripe del otoño, que es la que realmente temen los estados, o un posicionamiento de Obama en el nuevo orden mundial mediante una pequeña y jugosa guerra. Bienvenida sea la bendita realimentación (me gustan estos términos que aprendí en Control de procesos).

En fin, es un justo castigo para todos aquellos españoles que se sintieron como si fuesen franceses o alemanes gracias a los réditos de la construcción. "Si los dioses del ladrillo han caído, ¿por qué no deberían ir detrás todos sus acólitos? Puede parecer duro pero en el fondo de tu corazón sabes algo: me lo merezco por creer que era más rico de lo que realmente era".