Otras de mis escenas favoritas, como no podría ser de otra manera, es el beso en la playa entre Deborah Kerr y Burt Lancaster. De ahí que la haya reservado para esta sección y no la incluyese en la crítica de ayer (ver: "Sesión de palomitas (27): De aquí a la eternidad").
La escena es de las más famosas de la historia del cine, dado que fue una de las primeras que filmaba con total libertad una escena bastante cargada de tono para la época entre dos personas que mantenían una relación adúltera. Aunque parezca en la actualidad carente de sensualidad, debes situarte en la época en la que ocurría.
Vestidos con unos simples bañadores se besan apasionadamente en la playa mientras son arrastrados por una ola. Cuando se alejan del agua tienen uno de esos diálogos inolvidables:
El mejor detalle sigue siendo que cuando se están besando puede verse claramente el anillo de casada de ella.
Aunque parezca extraño, se tardó tres días en rodarla. Para que te hagas una idea, el rodaje duró en su totalidad 41 días.
En fin, "me voy a buscar una calculadora no sea que se me escape el mejor beso de todos los tiempos por no tenerla".
Vestidos con unos simples bañadores se besan apasionadamente en la playa mientras son arrastrados por una ola. Cuando se alejan del agua tienen uno de esos diálogos inolvidables:
El mejor detalle sigue siendo que cuando se están besando puede verse claramente el anillo de casada de ella.
Aunque parezca extraño, se tardó tres días en rodarla. Para que te hagas una idea, el rodaje duró en su totalidad 41 días.
En fin, "me voy a buscar una calculadora no sea que se me escape el mejor beso de todos los tiempos por no tenerla".
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