sábado, 15 de mayo de 2010

Secuencias favoritas (20): En busca del arca perdida

Mucha gente poco inteligente critica en sobremanera el cine hecho por Steven Spielberg. Esta especie de rechazo visceral es más debido al desconocimiento de los engranajes del cine en general y de la narrativa cinematográfica en particular. Decir que una película iraní es buena por el simple hecho de proceder de allí es una soberana idiotez reservada para los interlocutores más pedantes.

Hasta yo puedo criticar a Spielberg en alguna ocasión, no todos sus films son fruta de mi devoción, pero algo que no le puedo negar es la forma de crear fantásticos prólogos a sus películas (obviamente los de su primera época son mejores, aunque espero mucho de sus próximas películas), ya sea ayudado por George Lucas o excelsos guionistas como Lawrence Kasdan. Se tratan por así decirlo de pequeños cortometrajes donde se nos da una perspectiva completa de los personajes principales, todo lo contrario de lo que hacen los filmes actuales, que simplemente nos regalan una escena de acción al más puro estilo James Bond (único personaje que no necesita ser definido, sus características son harto conocidas por el gran público). La secuencia que he elegido hoy es un corte del prólogo de "En busca del arca perdida" (1981), donde se nos muestra a nuestro protagonista entrando en una tumba para rescatar un ídolo, descubriendo al principio todas las trampas que hay ocultas con una precisión inaudita, pero su verdadera forma de ser se descubre al primer error que comete:



En fin, como siempre Harrison Ford está excepcional en su papel de Indiana Jones, "ya le gustaría a los actoruchos que pululan actualmente por Hollywood obtener un papel como éste, donde para hacer algo excepcional simplemente hay que ir armado con ingenio y un látigo, y no poseer estúpidos superpoderes".

3 comentarios:

  1. Indiana chuchi : La Ultima frikada:P

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  2. Creo que en la descripción que haces de tus pasiones, en la cabecera del blog, te falta una:

    Insultar la inteligencia de los que no piense como tú, tal y como lo das a entender en tu post, ya que hay personas a las que no les gusta ese señor, al igual que hay personas a las que no le gustan los macarrones y eso no quiere decir que sean menos inteligentes.
    Creo que además te falta tolerancia, para admitir que el mundo esta compuesto de muchisimas personas, que no tienen tu misma opinión
    Un saludo
    Nela

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  3. Siento mucho haberte molestado con este tipo de comentario, pero a veces soy demasiado visceral en ellos. A lo mejor la primera frase no es muy agraciada, leída por segunda vez, pero en el fondo el artículo venía a criticar a toda aquella gente que trata de verter una opinión sobre algo que no conocen.

    Es muy fácil opinar sobre el cine (que para mi es un arte) desde un punto de vista político o cultural, llegando a extremos de encontrarte gente, que al igual que los seguidores de los equipos de fútbol, siguen al pie de la letra los dictados de una máxima intransigente: el cine americano es una basura, las películas en blanco y negro son el pasado, el único cine que vale la pena es el dogma o yo sólo voy al cine a ver películas españolas. Por contra, otras manifestaciones culturales no sufren este fanatismo, y por lo tanto no te encuentras supuestos expertos que te digan que el único teatro que vale la vena es el de Eurípides en la barra de un bar, por ejemplo.

    En fin, no se considero en el fondo un experto en cine (obviamente no estudié para ello), aunque tengo un buen bagaje de películas vistas al ser una de mis principales aficiones (calculo que en los últimos 25 años he visto cerca de 3000 títulos distintos, bastante lejos de las marcas de los principales críticos de este país). De ahí que a veces me muestre bastante beligerante con respecto a las opiniones ajenas no cimentadas en un buen razonamiento lógico.

    En cuanto al final del artículo, yo entiendo que a la gente le guste el tipo de películas que se realizan en los últimos años (me refiero a las que mueven las taquillas, no los filmes de culto o de autor), pero en retrospectiva, al igual que otras artes en decadencia, parecen marcar la llegada del final. Y eso me entristece en sobremanera.

    Para acabar vuelvo a pedir perdón por la redacción de mi artículo, en el que no buscaba otra cosa que criticar una opinión deslizada en una conversación de un bar y que parece que se me ha ido de las manos.

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