Ya sabes que en muchas ocasiones el famoso dicho: "en casa de herrero, cuchillo de palo"; se cumple a rajatabla. Ayer pasé a formar parte de nuevo de la larga lista de damnificados por el refranero español.
La verdad es que creo que pasé por uno de esos momentos extraños en los cuales un geek (dígase en castellano, una persona que ama las nuevas tecnologías) piensa que acaso está confundido y que sus más preciados principios son completamente falsos. Ayer me enfrenté con terror a uno de esos cajeros automáticos de última generación. Sí, no estoy de broma, una de esas máquinas que nos facilita dinero en todo momento y cuya principal dificultad estriba en atinar con la región táctil de la pantalla que deseas.
Bueno, vamos con el relato de los hechos. Aprovechando una hora libre que tenía por la mañana (esto provocará la habitual retahíla de comentarios difamatorios hacia las prerrogativas de los funcionarios en general, que no tiene nada que ver con mi situación personal), me dirigí a una sucursal de un conocido banco nacional para realizar un generoso ingreso en la cuenta de un amigo (tranquilo, no pertenezco a la mafia, simplemente tenía que pagar mi habitual viaje al extranjero en Semana Santa). Ahora bien, ante mi incredulidad, después de guardar religiosamente cola durante 10 minutos, al llegar mi turno me entero que no es posible realizar la transacción dado que el ordenador se había colgado. La que atendía la caja me aconsejo que realizase el ingreso en uno de los cajeros automáticos que había en la entrada, que parecían funcionar bien por el momento.
En fin, para no dar por perdida la mañana me acerqué a uno de los susodichos cajeros. Y entonces empezaron los agobios, ya que al llegar me di cuenta de que se trataba de la máquina recreativa favorita de RK2, una en la que nunca sabes que premio te puedes llevar. Al no tener cuenta en ese banco y obviamente tampoco tarjeta, tuve que utilizar la opción de operaciones sin cartilla y tarjeta. Todo un nuevo mundo para mi, que empezó a desmoronarse rápidamente al recordar las aventuras en tierras orientales de El Meyer con semejantes engendros. La desconfianza mientras tecleaba lentamente los números de la cuenta en la que quería ingresar el dinero crecía por momentos. No miento si digo que revisé hasta cinco veces los números antes pulsar Confirmar y que introduje los billetes en el voraz agujero que me ofrecía con pavor, esperando que el recuento fuese exacto. Tan desconfiado estaba, que hasta escribí todo lo que pude en los campos dedicados al Beneficiario y el Concepto, con ese tosco teclado táctil que presentaba. Y cuando al finalizar el cajero me ofreció la opción de imprimir un resguardo aunque aconsejándome que no lo hiciese para salvaguardar el Medio Ambiente, no dudé en pulsar SI.
Podrás decir que estoy paranoico, pero dos segundos después de terminar la operación satisfactoriamente, la chica que se encontraba delante mío en la cola de la caja y que se había dirigido al otro cajero soltó un alarido y con grandes aspavientos gritó a todas las personas que esperaban para utilizarlo que no tocasen nada, que se había colgado, tragándose su ingreso sin haberlo ella confirmado. Velozmente se introdujo en la sucursal en busca de auxilio, mientras yo me marchaba sobrecogido al instituto para hacer una guardia de recreo.
En fin, "un evento de cara o cruz del que mi libré por los pelos, aunque en ningún momento tuve la posibilidad de zafarme, ya que ella eligió cajero primero (el más cercano a la puerta). Como resultado de tal proceder tuve yo la suerte de cara y ella la cruz de pasar una horrible mañana en una sucursal bancaria".
Pobres funcionarios con tantas horas libres...
ResponderEliminarLo que no entiendo es como con todos los cacharros informáticos que tienes no haces una transferencia por banca virtual. Vamos, por lo menos en mi caso (y no soy un potentado chupoctero de la teta del estado) mi tiempo vale más que los 0,60€ que me cobran por transferir a otras entidades...
Lo que me demuestra; o que no eres tan "geek" como quieres hacernos parecer o que tienes más tiempo libre que el que necesitas.
Cuanta piedra se podría picar...
¡Pero que huevazos los tuyos, Jesús! Confiar una gran cantidad de dinero a una máquina.
ResponderEliminarSeguro que detrás del cajero había un chino con un iPad.
Ya sabes, cosas que pasan cuando no se puede jugar a la pocha. Además estaba cansado de verte entrar a jugar siempre y quedarme fuera pasando frío. Quería ver que tan emocionante era jugar a esa máquina recreativa tuya.
ResponderEliminarPor esta vez, y sin que sirva de precedente, voy a pasar por alto la oportunidad que me brindas para dar caña al parásito funcionarial.
ResponderEliminarEsta vez me solidarizo contigo.
Tras jugar con la mierda del ipad, eso de "tosco teclado táctil" me recuerda recientes experiencias traumáticas, y no puedo por menos que expresate mi simpatía.
PD) ING direct, Openbank, y cualquier banco en el que tengas domiciliada la nómina que te pago (y recientes acontecimientos hacen pensar que voy a seguir pagándotela mucho tiempo...) no te cobrarán ni un céntimo por hacer la transferencia. Hasta podrías hacerla a través del ipad, salvo que te asuste su tosco teclado tactil (no sería yo quien te criticase por eso).
Magnífico relato, mantiene la tensión hasta el final, es estremecedor. Terrible lo que le sucedió a la chica. Todos hemos estado alguna vez en tal situación. Yo en concreto casi siempre que me enfrento a la MÁQUINA.
ResponderEliminarQue el dios de los funcionarios te guarde por muchos años el buen horario y nos sigas deleitando con anécdotas y temas enjundiosos, moreno...
Curioso relato, aunque llamar al cajero "maquina de última tecnología" es por que realmente no conoces como están hechos por dentro. Los cajeros son una serie de componentes anticuados, sin necesidad de actualizarse. En la inmensa mayoria de los casos el sistema operativo es Windows (en concreto ahora casi todos son XP), con muchas de sus caracteristicas capadas.
ResponderEliminarEs muy facil ver los cuelgues y fallos, ya que el software demasiado habitualmente no está perfectamente testado ni adaptado para trabajar en su conjunto (y se lo que digo, que trabajo con esos trastos, y nos da muchos dolores de cabeza realizar software con semejante material).
De todas forma, los ingresadores y recicladores (vamos, esos cajeros en los que puedes introducir dinero) son mucho más habituales de lo que parece (aunque no en España), y si tu supieras la cantidad de problemas que da el tema del ingreso de efectivo....
En fin, bienvenido al proceloso mundo de la informatica bancaria