Y echaron a andar

Vamos con una de esas entradas que les encantan a mis alumnos de 1º de la ESO. Mientras aquí en Europa seguimos preocupados por la eterna pregunta de hacia donde nos dirigimos como sociedad (esta semana la discusión estribaba en la conformación de un núcleo duro, lo de que España estuviese incluida me suena a pura ciencia ficción) en Japón siguen a lo suyo aun después del reciente desastre que han sufrido. Nueva ración de innovación robótica.

En este mismo blog ya hemos visto a nuestros futuros compañeros hacer casi cualquier cosa, pero hasta hace poco una de las más básicas se les resistía. Me estoy refiriendo a andar con soltura y con un ritmo aceptable para ganar una carrera a una tortuga. Bueno, como suele pasar en estas lides, prueba superada y por partida doble.

El primero en romper esta barrera con eficiencia (ya había unos cuantos robots que andaban, pero lo hacían muy deficientemente) el sempiterno prototipo de Honda, el inefable Asimo, que está llegando a su adolescencia sin demasiados problemas (lo de andar a una pata parece casi de cachondeo):

Ahora bien, qué pasa con la princesa de los androides, la impronunciable HRP-4C. Pues que no ha querido quedarse atrás y si en junio daba por la calle estos balbuceantes pasos:

Esta semana ha decidido mostrarnos como ha aprendido a mover sus caderas de acero durante el verano:

En fin, "a este ritmo de innovación no me extrañaría que cuando Darkel vea de nuevo "Blade Runner" (1982) decidiese preguntar antes de enzarzarse en una nueva discusión con Juan a un replicante lo que le pareció la película en cuestión".