Bailando en las estrellas

Me voy a repetir, este día también tenía que llegar. No me he cansado de avisar en este blog que la compra de Lucasfilm por parte de Disney no iba a representar un idílico relanzamiento de la saga Star Wars. Disney es una megacorporación que tiene que alimentar a todos sus canales de venta con la presa recién cazada. Vaya por delante que hoy Bob Iger, a la postre el CEO de Disney, en una reunión de accionistas celebrada esta tarde ha tratado de relajar un poco la ansiedad provocada entre estos por el horror que se perpetró ayer a la saga en una de sus filiales, la familiar ABC, con un par de noticias de calado, o eso esperaba él. Al parecer la nueva película arrancará 30 años después del final de "El retorno del Jedi" (1983), algo que cabía suponer dada la edad de sus protagonistas, y R2-D2 estará presente (cómo si los robots envejeciesen). Bueno, todo starmaniáco convencido (al estilo Inzert) debería abstenerse de seguir leyendo estas líneas, ya que la saga cayó ayer en un agujero más profundo que cierto especial de navidad del cual nadie quiere acordarse.

Bueno, todo el mundo sabe que un programa como Dancing With the Stars consiste en que estrellas famosas venidas a menos traten de recuperar parte de su autoestima a través de un baño de multitudes envejecidas (público objetivo de este tipo de programas). Anoche la estrella invitada fue el actor Billy Dee Williams, actor fagocitado por su papel como Lando Calrissian en la saga galáctica, y esto es lo que ocurrió (créeme cuando te digo que tienes que verlo hasta el final):

Dios, no sé con que quedarme de todo este estropicio: las transiciones con espadas láser, la balbuceante imitación de Chewbacca, los rayitos de la entrada en el escenario, Emma Slater vestida como princesa Leia, los soldados imperiales y R2-D2 como acompañantes del baile bajo los sones de la banda sonora de la saga, la presencia de dos ewoks entre el público cuyos comentarios eran subtitulados (reconozco que aquí solté una sonora carcajada), la referencia a que congelase a Han Solo por parte de uno de los jueces, los twitts sobreimpresionados en pantalla o el selfie con R2-D2.

En fin, "sólo espero que ese triple 5 no sea premonitorio de lo que va a ocurrir con la saga a partir de este momento ahora que se ha confirmado que J. J. Abrams no le han dejado hacer un reboot".