lunes, 9 de febrero de 2015

Las preguntas no valen igual al otro lado del charco

Este fin de semana me he sumergido en un pequeño experimento a raíz de ver a gran parte de mis alumnos completamente enfrascados en partidas de un juego bastante añejo para los tiempos que se estilan. Me estoy refiriendo a refrito del Trivial Pursuit pergeñado por etermax (los responsables de Apalabrados) que responde al nombre de Preguntados.


Tal vez la única innovación que presenta es que son los propios jugadores los que crean las preguntas o las traducen de otros idiomas, valorándolas después para que entren a formar parte de la base de datos (de ahí que publiciten que tienen más de 90000 preguntas). Y ahí radica la razón de este artículo.

Soy un competente jugador de Trivial (aunque esa vitola cayó en el descrédito las pasadas Navidades frente a la última edición), sin querer parecer pedante, y después de pasar de las 500 preguntas respondidas y batirme con las más variopinta gente empecé a encontrarme con preguntas repetidas (triste dado el alto número que posee la base de datos). Así que me reté a mi mismo, y aún con mi pobre conocimiento de la lengua inglesa, me decidí a empezar a jugar partidas en esa lengua. Y empecé a ganar partidas, de una forma mucho más fácil que en mi lengua propia. El secreto, el nivel de las preguntas.

Mientras en castellano me tenía que enfrentar a preguntas sobre dictadores hispanoamericanos, oscuros libros cervantinos, la cantidad de veces que una selección había entrado en la fase de un mundial, porteros de los años 70, propiedades del campo electromagnético, personajes secundarios de películas de Disney, tramas secundarias de Harry Potter, nombres de personajes de Sailor Moon, partes de la célula, olvidados huesos, parejas de cantantes, olvidadas obras de pintores, fechas de hechos históricos de lo más variopinto o fechas de estreno de películas; en la versión en inglés me encontré un rico panal donde lo más difícil era discriminar animales, acertar capitales europeas, conocer la duración de los partidos de los diferentes deportes o saber el nombre del primer presidente de los Estados Unidos. Sería un paseo militar si no fuese porque alguna vez aparece alguna pregunta sobre los hechos que rodearon a los primeros colonizadores o las mascotas de los equipos universitarios. Con esto lo he dicho todo.

Por cierto, que los alumnos lo usan para enfrentarse entre ellos en una especie de liga de ineficencia suma. Sus partidas están llenas de duelos sin fin de bajos resultados.

En cuanto a un servidor, a la espera de que los especialistas del juego en nuestra lengua (esos que rondan los niveles entre el 150 y el 350) le crujan, "sigue manteniendo un envidiable resultado de 26 victorias y 7 derrotas. Con una partida en francés a punto de ganar (tengo 4 bichitos frente a los 0 de mi contrincante). Está claro que no es lo suyo, aunque si gano, mi ego subirá una purrela de enteros".

4 comentarios:

  1. Es fascinante la razón que tenía Einstein sobre lo de la tecnología y volvernos tontos.
    Y me incluyo en esto, por supuesto. No reniego de mi condición de perdedor de tiempo profesional.

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  2. Hay un juego para selectividad, factura de la casa, que se llama questions, que le den un tiento

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  3. Hay otro juego de ese estilo conocido como quizup, con el cual te en enfrentas a otra persona del mundo aleatoria, o a tu eleccion sobre un campo del conocimiento en concreto, ya sea ciencias, como world of warcraft https://www.quizup.com/es

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  4. Pones que se pueden crear preguntas, ¿has puesto alguna?

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