El remake que nunca tuvo que ocurrir

Hubo un tiempo donde la animación por ordenador era simplemente grotesca e imperaba el trabajo artesanal, con cientos de dibujantes trasnochando para cumplir los plazos imposibles que imponía Disney. El culmen de esta forma de entender el cine fue "La bella y la bestia" (1991). Una película redonda, con una factura técnica impecable, que rompía en parte con las producciones previas de la factoría al tener un final puramente dramático carente de canciones y que se coló entre las cinco nominadas al Oscar a Mejor Película de ese año (la primera película animada que lo conseguía y era cuando sólo había cinco nominadas, ahora se puede colar casi cualquier cosa).

Entiendo que Disney se ha convertido mediante sus últimas compras en una especie de gorgona que invade todos los ámbitos cinematográficos y que su única razón de ser es conseguir una o dos películas de alta recaudación cada trimestre. Pero su enfoque de reciclaje en imagen real de sus grandes clásicos por haber dejado el tema de la animación en manos de PIXAR no me gusta un ápice. Una cosa es dedicar una película a uno de sus villanos clásicos (algo no visto hasta el momento) y otra muy distinta es reciclar una película que arrasó en taquilla y que ya forma parte de la historia del cine.

Así que esta cosa, "La bella y la bestia" (2017), encabezada por Emma Watson (el reparto es de aúpa, no lo voy a negar) nunca tuvo que ocurrir a mi entender, por muy bien que esté:

Ya que la única versión Disney de esta historia tendría que ser esta:

En fin, "quejidos de un viejo cinéfilo al que no deberíais hacer demasiado caso".