Los primeros pasos de Hyperloop

Puede que al final se demuestre inviable por razones estanqueidad, seguridad, coste, rentabilidad o eficiencia, pero mola cantidad ver a tres empresas competir por llevar a la realidad un sueño del para muchos todavía alocado Elon Musk. De entrada parece que ya han desechado gran parte de los bosquejos iniciales que lanzó el sudafricano hace tres años al mundo entero. Pero es ingeniería a la vieja usanza, palpable para los no duchos y que busca por la vía rápida el compromiso con la realidad, al más puro estilo Edison (más de mil intentos para crear una bombilla eléctrica viable). Ese parece que es el paradigma que propugna Musk y que siguen a pie juntillas sus adeptos.

La primera en disparar ha sido la recién renombrada Hyperloop One. Que haciendo honor a su nuevo nombre ha realizado la primera prueba de campo. Vale, la ha hecho en una maqueta escala, sobre raíles, al descubierto y con un sistema de frenado consistente en una enorme acumulación de arena. Nada que ver con lo que propugna el proyecto. Pero lo de hoy iba de comprobar que el sistema de propulsión mediante electroimanes funciona, y no está nada mal acelerar a 168,9 Km/h en apenas dos segundos:

La siguiente etapa del proyecto es probar esta maqueta dentro de un tubo de 1,5 Km de longitud a finales de año. Lo dicho, van a todo trapo.

En fin, parece que estamos viviendo un fin de década análogo a lo que se vivió a principios del siglo pasado. Entonces era la electricidad, el cine, los automóviles y los aviones, entre otros inventos, los que hacía soñar al gran público. Por contra, en la actualidad nos pasamos todo el día hablando de drones, impresoras 3D, robots, inteligencias artificiales, realidad virtual, cohetes reutilizables, hologramas, etc. Inventos que cambiarán radicalmente la sociedad humana al igual que paso en las primeras décadas del siglo XX.

Por cierto, "si Hyperloop se convierte al final en una realidad rentable no me gustaría estar en la piel de los técnicos que aconsejaron llenar España de trazados de AVE de dudosa rentabilidad, aunque seguro que su premisa inicial le parecería correcta a cualquiera: Esta gente no va a conseguir en cinco años lo que llevan intentando los japoneses desde 1969".