Antes de que critiques esta entrada tengo que decir que me he tragado el discurso investidura de Mariano Rajoy entero (algo que dudo que haya hecho mucha gente dada la hora y la intensidad con la que lo leyó, ya que lo llevó más allá del bostezo). Así que no estoy influido por las peregrinas interpretaciones que he leído a posteriori en los diferentes medios. El principio del discurso lo dedicó a desgranar lo bien que va España con él, aún estando en funciones. En los cuantos famosos siete pactos que ofreció al PSOE. Los ofreció de forma vaga e indeterminada, nada a lo que pudiesen agarrarse los barones socialistas y afeando de paso lo pactado con Ciudadanos. Tampoco es que tratase de enamorar mucho, más bien pidió su habitual cheque en blanco para gobernar basado en que había ganado las elecciones (sonó a lo que lleva diciendo Marhuenda desde hace 9 semanas y media). Y se gastó el resto del discurso para dinamitar cualquier posibilidad de pactar con los nacionalistas retrotrayéndose Al día de San José de 1812. En fin, "sin ninguna posibilidad de que salga adelante esta investidura no me queda nada más que decir en el 4º año y 286º día de la Era Rajoy. Por cierto, al menos Rajoy ha conseguido algo que Sánchez no pudo en este trance, su propio emoticón".
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