Pues al final el infarto del pasado día 23 ha terminado con la vida de Carrie Fisher, icono en Hollywood tanto por ser una de los protagonistas de la saga de Star Wars, por lo que era mundialmente conocida, como por ser una reputada doctora de guiones que salvó a más de un guionista de la guillotina. Hija del cantante Eddie Fisher y la actriz Debbie Reynolds, que sigue viva y tendrá que enterrarla, falleció a los 60 años de edad en la ciudad que la vio nacer, Los Ángeles.
Para recordar su breve carrera cinematográfica como actriz de renombre, ya que participó en muchos capítulos de series pasando casi desapercibida, me voy a quedar con este vídeo:
En fin, "es la primera de santa triada de actores que redefinió a finales de los años 70 lo que acontecería en Hollywood las siguientes cuatro décadas que nos abandona".
Una pena. Un 2016 que se ha llevado a mucha gente que conocemos desde pequeños.
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