No es un cuento asustaviejas

En más de una ocasión mis alumnos, en su mayoría los más precoces (la élite de la élite supuestamente si seguimos creyendo en la versión con la que nos están taladrando los medios de comunicación día tras día), me acusan cuando me dedico a tratar de predecir lo que pasará en el futuro de contar cuentos asustaviejas. Sus dañinos dardos suelen dirigirse a mi versión apocalíptica sobre los puestos de trabajo de baja cualificación.

En ella desgrano que los diferentes avances en impresoras 3D, visión artificial, tecnología inalámbrica, redes de transporte, robótica, etc; pronto acabarán con puestos de trabajo como el de cajero de supermercado, barrendero, empleado de tienda, etc. Su réplica se basa en que si esto ocurre nadie encontrará trabajo y habrá un paro brutal. Obviamente tan tiernas mentes no han adquirido conocimientos tan peligrosos como la productividad, el paro estructural o la mecanización industrial (que muy pronto se convertirá en robotización industrial). Yo les contesto que en el mundo capitalista en que vivimos por el momento no es prioritario el pleno empleo de la población (aunque a nuestros políticos se les llene la boca a diario diciendo lo contrario) sino el crecimiento de la economía en general. Obviamente recetas como el salario vital quedan aún un poco lejos, aunque llegará el momento en que habrá que tratarlas. Mi recomendación final, por si las moscas, es que estudien lo máximo posible para convertirse en los empleados esenciales que controlen todo el tinglado.

Así que no quiero dejar de pasar hoy la oportunidad de regalarles a esos alumnos que me califican de agorero la última invención de Amazon (un zas en toda la boca): eliminar las cajeras de un supermercado para no tener que hacer cola (aunque si tenemos reponedores y artesanos del bocadillo bien colocaditos en el vídeo no vaya a ser que alguien se de cuenta de lo que realmente está pasando).

Lo que acabas de ver es otro de los pilares básicos del plan para la dominación mundial pergeñado por Jeff Bezos, que consiste nada más y menos en convertirse en un monopolio global en varias áreas comerciales para ahogar a los pequeños negocios competidores (librerías, tiendas de ropa, supermercados especializados, etc) para luego volver a colocar facsímiles de los mismos bajo su propio yugo.

En fin, "yo como colaborador necesario de este futuro apocalíptico, vía cuenta Premium de Amazon, al menos compré el miércoles pasado un libro en una librería local, una contribución magra para lo que está a punto de caernos encima".