Ya sabía que el asesinato del embajador ruso en Ankara (Turquía), Andrei Karlov, el pasado lunes 19 de diciembre iba a tener consecuencias, pero en ningún momento supuse que acarrearía de facto la versión 2.0 de la Guerra Fría. Hoy, así como que no hace la cosa, nos hemos encontrado con las incendiarias declaraciones de Vladimir Putin, que aún esperadas siguen siendo de lo más peligrosas, al respecto (y como cabía esperar tampoco tenían que ver con el tema): "El país necesita misiles capaces de penetrar cualquier escudo"; en clara referencia al único escudo antimisiles existente en el mundo, que nada tiene que ver con Irán o Corea del Norte. Aunque más sorprendente ha sido la respuesta de Donald Trump mediante tuit (el negocio de las agencias de noticias sigue en franca decadencia): "Estados Unidos debería fortalecer y expandir su capacidad nuclear hasta que el mundo entre en razón sobre las armas nucleares". Un sinsentido dado que después de dejar morir Tratado START-I Washington posee alrededor de 7.100 armas nucleares y Moscú 7.300, suficientes para arrasar el planeta varias veces. Así que esta modernización del arsenal nuclear solo se puede entender si ambos bandos se están planteando una guerra nuclear localizada acompañada de armamento convencional. En fin, "y todo esto sin que Donald Trump haya tocado aún el maletín nuclear, todavía le falta un mes para ello. Estos 43 días de no Presidencia son mucho peores que toda la campaña electoral precedente".
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