Sociograma

Uno de los documentos que siempre entrega el orientador a los tutores al iniciarse el curso es el sempiterno sociograma (fue diseñado por Jacob Leví Moreno a mediados de los años 30). Con él se pretende explorar las relaciones de dependencia entre los alumnos de un grupo y detectar aquellos casos que sufren un vacío (es una herramienta bastante buena pero un poco arcaica).

Se trata de realizar una serie de preguntas a cada alumno dentro de un test. Ejemplos clásicos son:

¿Con qué alumno te gustaría estar en clase para hacer los deberes y los trabajos?
Que sirve para detectar la atracción por el alumno trabajador.

¿Qué compañero de la clase te gustaría tener como amigo?
Que pretende detectar la atracción por la amistad.

¿Con quién no querrías estar en clase ni ser su amigo?
Que sirve para detectar a aquellos alumnos que son rechazados por el grupo.

Luego se tiene que volcar esta información en una tabla como esta (algo realmente aburrido):

Y por último se procede al análisis mediante las relaciones que se pueden extraer de la tabla (algo difícil y desesperante):

Es una herramienta muy útil, utilizada hasta la saciedad en primaria, pero denostada por la mayoría del profesorado de secundaria, que la encuentra como otra imposición del Departamento de Orientación (las tutorías de la ESO son simplemente un infierno según la opinión generalizada dado el insufrible papeleo que implican).

Por suerte esta año me he escaqueado del tema, ya que no tiene sentido realizar un sociograma de un grupo de 7 alumnos (4 chicos y 3 chicas). Creo que después de un mes tengo bastante claras las relaciones existentes entre ellos.

Podrías pensar que debe existir alguna aplicación informática que permitiese simplificar este trabajo. Pues la verdad es que sí. Se trata del GPLSociograma v2.0.1, pero obviamente ningún compañero mío lo utiliza. La razón: corre bajo plataformas Linux (supongo que habré alegrado el día a RK2), algo aún más ignoto entre el profesorado.

De todas formas, ¡ánimo tutores de la ESO! Por otra parte, charlando con un compañero el otro día, se me ocurrió una idea en cierta forma destornillante: "¿por qué no realizar un sociograma con los profesores del instituto? Estoy seguro que el resultado sería de lo más colorido".