Aguas mágicas

Al fin la obra de ingeniería más importante de la historia de Benavente ha concluido. Un nuevo sabor juguetón recorre el paladar de los benaventanos, el fino tubería de los pobres tiene una nueva denominación de origen, Tera, con lo que los pises y cremitas del lago de Sanabria pasan a ser los nuevos taninos del a veces incoloro elemento del que se alimentan nuestros grifos.

Ahora bien, leyendo algunos reportes periodísticos, uno se pregunta que es lo que exactamente ha estado bebiendo durante la mayor parte su vida, ya que la antigua agua procedente del Órbigo ha pasado de mala a simplemente demoníaca en tan sólo dos días (dejando a parte el caso de las atrazinas que daría para hablar largo y tendido).

Puedes creer que estoy exagerando un poco el tema, que mi filiación política está nublando mi juicio. Pero qué mejor forma de presentar el tema que citando el periódico del régimen en estos lares, La Opinión de Zamora. En ella se puede leer cosas como esto que decía nuestro alcalde, Saturnino Mañanes:

"«Este es un día importante que marcará el futuro de nuestra ciudad» afirmaba Mañanes, quien añadió «a partir de ahora entra un agua de una calidad reconocida y contrastada, un agua que no ha recibido en su recorrido ninguna clase de herbicidas ni pesticidas y baja en cal, lo que se notará en la salud de la población así como en la conservación de la red de suministro y de los electrodomésticos»."

¡Dios mío! ¿Exactamente con qué tipo de agua me crié? ¿Cómo no tengo todavía deformidades como los patos con dentadura del Tormes?

Pero esto no queda así, ya que nuestro alcalde se crece y parece prometer el tan ansiado crecimiento de la ciudad que la historia y cinco siglos de malos alcaldes nos ha negado, sólo parece:

"Comparaba Saturnino Mañanes el momento que la ciudad vivía ayer con otro histórico que se vivía en Madrid hace 170 años, cuando se inauguraba el Canal de Isabel II afirmando que ese fue un momento muy importante para el despegue económico y social de la capital. «A partir de ese momento Madrid comenzó a crecer hasta llegar a lo que es hoy en día, una ciudad con seis millones de habitantes, marcando las diferencias, pero creo que esto también será un acicate para el despegue de Benavente, una ciudad en la que a partir de ahora vamos a tener un agua de calidad, que es una de las primeras necesidades de los ciudadanos»."

Te estarás preguntando qué tiene de diferente este agua con respecto a la anterior. Pues no hay problema, ya que un par de días más tarde nuestro periódico de referencia responde a la pregunta con un artículo cuyo título es: "El sabor del agua del Tera que llega a los grifos sorprende a los consumidores" (más largo que el nombre del futuro banco regional). En él se pueden leer perlas como la que sigue:

"Estas características organolépticas van a tener unas consecuencias más beneficiosas para los vecinos. No sólo en que se perciba un mejor sabor en el agua al tomarla del grifo, sino que el pelo al lavarse quedaría más suave. Otro de los beneficios radicaría en un menor tiempo de cocción de los alimentos. Los aparatos de uso cotidiano como lavavajillas y lavadoras también notarán los efectos del líquido elemento. Los electrodomésticos actuales se regulan en función de la cal. Las especificaciones de los aparatos, sobre todo los más modernos, tienen instalados sistemas de regulación. Habría que ajustarlos a un agua neutra, un valor cero."

O sobre su efecto sobre la economía local, con datos contrastados:

"Hasta ahora era frecuente ver subir y bajar las escaleras de los edificios de viviendas con garrafas de agua adquiridas en los diferentes establecimientos comerciales, las previsiones apuntan a una notable reducción del consumo de agua embotellada precisamente debido a que ahora al agua del grifo se le nota una más baja alcalinidad. Ello, sin lugar a dudas, tendrá repercusiones positivas para la economía familiar."

En resumen, "un fino tubería que nos permitirá superar antes la crisis, recuperar la capitalidad del reino y tener un pelo más suave".