Agregando la información

La eclosión de las tabletas está cambiando en cierta forma la manera a la que se están acercando los usuarios a Internet. Mientras algunas aplicaciones clásicas del hegemónico mundo de los ordenadores languidecen rápidamente al no poder adaptarse con soltura a los nuevos paradigmas, otras, acaso olvidadas en los repositorios, renacen con una fuerza casi brutal.

En este último grupo se encuentran los agregadores de feeds, que, ya sea en sus versiones web (Google Reader) o de escritorio, parecían destinados al destierro dada la preponderancia que estaban tomando otras alternativas más sociales como Facebook o Twitter, las cuales han asimilado con facilidad las características propias de estos programas. A la cabeza se me viene la prematura y puntual desaparición que sufrió el propio Google Reader en el listado de enlaces principales de las páginas de Google.

Por contra, con la llegada de las tabletas y la incredulidad de los gestores tanto de Facebook como de Twitter ante lo que esto representaba, los viejos agregadores de feeds fueron capaces de dar la vuelta a la tortilla, surgiendo como una alternativa real y a tener en cuenta.

Como ya he dicho en más de una ocasión, las tabletas sirven sobre todo para consumir información, ya sea en forma de texto, fotografía o vídeos, y poder interactuar (no entiendo como no ha aceptado aún esta palabra la Academia) ocasionalmente con ésta mediante breves mensajes, nunca con largos manifiestos más propios de una conversación de cafetería.

Y tomando como referencia esta característica, al llegar el iPad primero y luego el resto de propuestas de la competencia, aparecieron unos renovados lectores de feeds buscando su hueco en la jungla de las tiendas de aplicaciones, pero no sólo remozando sus interfaces sino añadiendo una infinidad de posibilidades insospechadas hasta el momento. Lo que antes eran simples listados de títulos que permitían acceder a los artículos como si de simples correos se tratasen, han sido transformados en verdaderos ejercicios de diseño y usabilidad, donde prima sobre todo la velocidad a la que podemos acceder a la información que deseamos.

Un ejemplo de lo que digo es Flipboard, mi lector de feeds y que casi podría considerarlo mi navegador preferido, ya que es el que utilizo la mayor parte del tiempo que paso en Internet. De entrada, en la actualidad sólo utilizo mi querido Firefox para redactar los artículos de este blog, el mantenimiento del mismo y conseguir los denostados enlaces del burrito. La razón de ello estriba sobre todo en la velocidad a la cual puedo recorrer las diversas fuentes de información que uso, muchas de las cuales suelo hacer referencia en este mismo blog. Por otro lado, la estética que ofrece, muy parecida a las viejas revistas, hace que realmente parezca que estás leyendo una de éstas. Pero supongo que con un vídeo te harás una idea más clara de lo que estoy diciendo (ya sé que el vídeo en fanboy total, pero que le vamos a hacer):

Sí, cuando trabajas con él se mueve a esa velocidad (hoy se ha actualizado a la versión 1.2 y va el doble de rápido, aunque parezca imposible, y es la razón de que haya escrito este artículo) y todas las posibilidades de las que habla son reales. Yo lo tengo sincronizado con mi cuenta de Google Reader y de Facebook, además de estar suscrito a Wired, The Rolling Stone, TV Guide y toda una mezcolanza de blog tecnológicos y cinematográficos de los Estados Unidos.

Pero para gustos... hay colores, por ejemplo el preferido de RK2, sino ha cambiado en el último mes, es Pulse, otro enfoque con las mismas posibilidades que el anterior además de la posibilidad de funcionar sin conexión (guarda las últimas entradas sincronizadas):

Lo mejor de todo es que son aplicaciones donde según sus directivos ya se están planteando introducir algunos elementos de inteligencia artificial (ámbito circunscrito hasta el momento para el mundo del videojuego), ocultando todas aquellas entradas que a priori carezcan de interés para el usuario y priorizando aquellas que esperamos con cierta ansia dado nuestro comportamiento al utilizar la aplicación.

En fin, "con semejante derroche de imaginación no es de extrañar que los medios tradicionales estén fracasando en su ingreso en el mundo de las tabletas, de entrada hasta algunas páginas tradicionales están deshabilitando la posibilidad de suscribirse mediante feeds para evitar que sus lectores migren a estas aplicaciones".