La verdad es que esta sección suele estar reservada a actores y directores de cine de cierto renombre, pero no quería dejar pasar la ocasión de rendirle un pequeño homenaje a una de las personas que ha sido responsable de que en estos momentos estés leyendo estas líneas. Me refiero a Paul Baran, uno de los padres legítimos de Internet, que falleció el pasado sábado a los 84 años de edad en Palo Alto (California) de un cáncer de pulmón.
¿Por qué digo que fue uno de los padres legítimos de Internet? Porque las bases teóricas de éste fueron creadas por Paul Baran, aunque otros equipos llegaron a conclusiones parecidas simultáneamente (una constante en el campo de la ingeniería informática, las soluciones están ahí, sólo falta una persona inteligente para encontrarlas).
Me imagino que su nombre no te sonará de nada, pero casi a diario, en cuanto te enfrentes a cualquier tipo de red con tu ordenador, ya sea por cable o inalámbrica, puedes ver la huella que dejó (y que probablemente es más imborrable que la de Neil Armstrong). Me refiero a los infatigables paquetes que bajan y suben por estas conexiones (y que a más de uno le causa un dolor de cabeza cuando ralentizan su ritmo). Es decir, que fue la persona que concibió el sistema de conmutación de paquetes de datos que define lo que es la actualidad Internet.
Obviamente este avance surgió como consecuencia de una necesidad perentoria (todos los ingenieros que están leyendo estas líneas me comprenderán), ya que tenía que encontrar una solución al problema de la pérdida de información en un sistema interconectado de ordenadores, donde no era posible asegurar fehacientemente la calidad de los canales de comunicación entre ellos (estamos hablando de la predecesora de Internet, ARPANET, por lo tanto un problema en las comunicaciones podría ser por ejemplo un ataque nuclear ruso. ¡Qué tiempos!). La solución fue sencilla y elegante al mismo tiempo, era algo así como una oficina de correos diseñada por un loco, que trabajaba con un esquema que partía los mensajes en pequeños pedazos y los metía en sobres electrónicos, llamados paquetes, cada uno con la dirección del remitente y del destinatario. Los paquetes se lanzaban al seno de una red de ordenadores interconectados, donde rebotaban de uno a otro hasta llegar a su punto de destino, en el cual se juntaban nuevamente para recomponer el mensaje total. Si alguno de los paquetes se perdía o se alteraba (y se suponía que algunos se habrían de dislocar), no era problema, pues se volvían a enviar.
Ahora bien, esta pequeña analogía suele ser reinterpretada anualmente por mis alumnos de Bachillerato de las formas más pintorescas, como puedes comprobar en "Exámenes (6): Sistema Baran".
En fin, esto me recuerda lo moderna que es Internet, "aunque para las nuevas generaciones parezca algo que existe desde siempre".
Chuchiiiiiiii, ponte en la tele que empieza El Barco
ResponderEliminar¿cambiaras entonces ahora, tu pregunta del examen de 1 ?....
ResponderEliminarno lo creo... con los años lleva ahi...
chuchi es mas predecible que que una funcion y=x
ResponderEliminarJoer macho, como siga muriendo gente tendrás artículos para toda la vida.
ResponderEliminar¿Y a este hombre no le han pedido derechos de autor los de la SGAE?. Que por su culpa su boyante negocio se está yendo al traste...
ResponderEliminarSi es que estos científicos crean unas cosas demoniacas.
No veo ningún muerto hoy "pá" poner aquí ¿Está la muerte de descanso?
ResponderEliminar¡Pero que dices Pepe! Dale un vistazo a las esquelas de cualquier periódico. Ahí está el filón.
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