viernes, 24 de junio de 2016

Brexit

Anoche me pasó una cosa muy extraña. Mientras me disponía a acostarme decidí pasarme por la página de la BBC para ver como iba el tema del referéndum. Y como por harto de magia me enganché al ver que el Leave (aunque había muy pocos distritos escrutados) iba ganando. Raudamente puse en la televisión la BBC1 y ya no conseguí desengancharme todo la noche (una noche de empalmada que suelo reservar solo para los Oscars).

No sé si fue una especie de premonición de que estaba ante un hecho histórico o que el tosco sistema de recuento por inmensos distritos (nada que ver con el método exprés por mesas utilizado en España) me enamoró. Acaso también me atrajeron irremediablemente los gráficos utilizados por la BBC. Pero de lo que estoy seguro es que cuando empezaron los vaivenes de un lado a otro, las inquietantes noticias procedentes de las bolsas asiáticas, el proverbial y británico aplomo inicial de los expertos invitados y los peregrinos análisis de los medios españoles se convirtió en un show de inmensas dimensiones.

Hubo de todo, desde el mensaje derrotista inicial de Nigel Farage (otrora líder mediático por sus incendiarias intervenciones en el Europarlamento) hasta el cambio de rictus de los expertos invitados en la BBC cuando se hizo patente que el Brexit, lo impensable, podía ganar. Según iban pasando las horas los que seguían soñando con permanecer en la Unión Europea se acogían al clavo ardiendo de que faltaban los votos de los inmensos barrios de Londres, pero como se comprobó a continuación no es que fueran suficientes para dar la vuelta a la tortilla es que ni eran capaces de parar el incesante crecimiento de la distancia entre las dos opciones.

Al final, con cara de entierro, entre todos se prepararon para lo imposible, ya que los que creían en la permanencia nunca pensaron que podían perder y los que pedían abandonar la Unión Europea nunca pensaron que podían ganar. Vamos, que entre todos la mataron y ella sola se murió.

Cuando la catástrofe se consumó, estaba tan descolocado todo el mundo que durante horas sólo aparecía Nigel Farage en pantalla llamando decentes a los que habían votado abandonar la Unión (cabe preguntarse si se dio cuenta que estaba llamando indecentes al otro 48% de los que votaron). Después llegaría aparición de un circunspecto Jeremy Corbyn pidiendo la desconexión inmediata de la Unión poco antes de la dimisión en diferido de Cameron, lo que me demostró que jamás creyeron en semejante desastre. Ni tampoco en las consecuencias que esta acarrearía: solicitud de Escocia de un nuevo referéndum, la que todo el mundo esperaba, y solicitud de otro por parte del hoy resucitado Sinn Féin para la reunificación de Irlanda, que nadie se esperaba.

Por cierto, de toda la noche me quedo con esta tabla que muestra con toda su crudeza lo que ocurrió anoche en el por ahora Reino Unido:


Aunque no sea políticamente correcto, cabe preguntarse si para un referéndum de estas características no cabría realizar un especie de voto ponderado. Ahí lo dejo.

Lo que vino a continuación ya lo sabes. Hundimiento de las bolsas europeas (aunque la londinense salió bien parada) y de la libra esterlina, lo que permitió convertirse a Francia en quinta potencia económica mundial en menos de 10 horas, dejando al Reino Unido en su gloriosa nueva sexta posición.

En fin, primera sorpresa de este 2016, un año llamado a convertirse en el primero a marcar en los libros de historia del siglo XXI y que puede acabar de forma nefasta el 20 de noviembre con Trump en la presidencia de los Estados Unidos. De entrada, recomiendo que leas este "Agosto 2020" pergeñado por John Carlin hace un año a modo de contrapunto humorístico de lo que puede acontecer a continuación.

Por cierto, "que como cabía esperar, España va ir a contracorriente de lo que acontece en el resto del mundo. Te emplazo a comprobarlo el próximo domingo a las 10 de la noche".

2 comentarios:

  1. Tampoco lo notaremos tanto, supongo que les dejaran irse con un buen pacto económico, de fronteras, etc. Sería de locos que les tratáramos como si fueran de otro continente. No estamos hablando de seres humanos, lo importante es la pasta para los políticos.

    Al menos no cambiaran las cosas en Eurovisión, que si participa Australia con más motivo los ingleses.

    ¿Tu ya de vacaciones? Dentro de unos días cuando abandones Béjar tu estarás haciendo un Béjix.

    ResponderEliminar
  2. Lo de siempre, aquellos que no van a vivir el futuro son los que lo eligen.

    ResponderEliminar

No dudes en comentar este artículo si te apetece. Sólo pedirte un pequeño favor: "no utilices abreviaturas que atenten contra nuestra lengua común".