Autodidacta, aclamado por la crítica, cargante para la mayoría de los no cinéfilos, Werner Herzog, que sigue simultaneando largometrajes y documentales ha decidido adentrarse con humor, algo raro en su obra, en lo que define Internet. Y es que su filmografía es casi eterna, ya que realizó su primer cortometraje a principios de los años 60 ("Heracles" (1962)).
Mucho ha cambiado el mundo a lo largo de los 73 años que ha estado entre nosotros y este "Lo and Behold, Reveries of the Connected World" (2016) puede ser casi una visión única de donde venimos, donde nos encontramos y hacia donde vamos:
En fin, "disquisiciones de un alemán que parece inmortal".
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