jueves, 15 de julio de 2010

El tapicero ha llegado a la puerta de su casa

Ese es el sonsonete que llevo escuchando las dos últimas mañanas, como si se tratase de un gallo publicitario. Es una de esas estampas veraniegas que deseas que nunca se repita.

Como ya he descrito en artículos anteriores, la actual crisis está permitiendo el resurgimiento de viejas profesiones que tienen como nexo común la reparación de los elementos que conforman el hogar, ya sea en forma de cubiertos, ropa, calzado, electrodomésticos o muebles. Ahora bien, parece que los propios implicados en este resurgimiento tienen clara la estacionalidad del mismo. No buscan abrir un local sino que circulan con su camioneta por la vasta geografía española, como los viajantes oportunistas de antaño.

La decisión de reparar algo tiene que ser instantánea, casi viral, ya que los tiempos de trabajo y el personal implicados en el tema niegan la inmediatez que puede ofrecer una cadena de comida rápida. De ahí que la cansina campaña matutina sea necesaria, con ese ritmo machacón proveniente de otros tiempos donde el olvidado megáfono (salvo en las citas electorales, que también tienen el horrible hábito de desempolvarlo) resuena sin temor en las desprevenidas calles.

Todo son opciones, desde presupuestos sin compromiso hasta el trabajo con los materiales más extraños. Puedes concertar cita telefónica o dejarte caer por la camioneta, lo único que tienes que tener claro es lo perecedero de la posibilidad de reparar tus muebles, ya que cuando se vayan, lo harán para siempre.

En fin, una de esas curiosidades que jalonan la España de la crisis, que aun siendo una idea genial, "el regreso de la reparación, con todo lo ecológico que es, es un simple espejismo antes del retorno a la cultura del usar y tirar que tanto nos gusta".

4 comentarios:

  1. Ah, interesante, no sabia que habian lapiceros en tu casa.

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  2. Lo del megáfono ya lo recuperó José Mota con el cansino del "pavo y pollooo".
    Así que llegas tardes Jesusito.

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  3. Aunque no viene a cuento, creo que puesto que ya estás en Benavente y habrás recuperado tus hábitos tradicionales de nadar comer, dormir y jugar a la pocha, y sólo por curiosidad; ¿cuántos gramos has perdido ya este año con ese gran ritmo de vida y 2000 millones de largos semanales? :-)

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  4. Hay profesiones que se niegan a desaparecer, y otras que resurgen, aunque solo sean de forma anecdotica. No hace demasiado ví a un afilador por el paseo Zorrilla de Valladolid, y a un trapero por las calles del barrio de Valladolid.

    Por cierto, ya que hablas de la crisis, hace unas semanas ayude a un colega a sacar escombros de una obra en el patio de su casa, y mientras estabamos llenando el contenedor vinieron tres chatarreros diferentes (en una sola tarde) para preguntarnos si teniamos algo de metal. Y sé que alguno más se pasó a rebuscar entre los escombros...

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