Hasta última hora dudé en publicar este artículo. No quería traumatizar a algunos de los lectores de este blog, ya que pueden acercarse con cierta aprensión a sus dormitorios dado el protagonista de hoy. La carrera robótica a dejado atrás la simpleza de Elmo cosquillas para perpetrar un osito social.
El último prototipo de osito de peluche de Fujitsu va equipado de una rudimentaria inteligencia artificial que es capaz de detectar el estado de ánimo de su dueño. Esta maravilla de interactividad se obra a través de la microcámara instalada en la nariz (he dicho bien, está oculta en la nariz, o sea que cuando se resfría se queda ciego). Además de contar con una docena de sensores por todo su cuerpo.
Con semejante despliegue es capaz de realizar hasta 300 tareas distintas, entre las que se encuentran reírse, saludar, adormilarse y roncar (menuda gracia tiene que hacer esta última a su sufrido dueño).
Te dejo un vídeo demostrativo de sus capacidades (es cosa tuya verlo, estás avisado):
La referencia cinematográfica es obvia. Quién no se acuerda del inefable e intrépido osito de "A.I. Inteligencia Artificial" (2001):
En fin, "¿dónde habrán quedado los tiempos en que la innovación más importante de las vacaciones de Navidad era que el Nenuco era capaz de eructar?"
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