El patinador de velocidad que se enfrentó a los terribles diablos de Tasmania

Lo he intentado pero es superior a mis fuerzas. Me había prometido a mi mismo reducir la presencia de trailers de películas cutres en este blog (que aparecen casi a diario en los medios norteamericanos), pero no puedo dejar pasar el de hoy dado que tiene demasiada miga. Supón que eres el deportista norteamericano más laureado de los Juegos Olímpicos de Invierno de todos los tiempos. Podrías pensar que tratándose de un país donde los deportes minoritarios aún son capaces de reportar grandes beneficios tendrías la vida asegurada como comentarista en una cadena deportiva u obteniendo un sabroso contrato publicitario. El problema radica que hasta en los mismísimos Estados Unidos existen deportes que nadie sigue, dígase por ejemplo el patinaje de velocidad. Así que por muchas medallas olímpicas que tuvieses, ocho por ejemplo, te tendrías que buscar el arroz en otra parte.

Pues eso es lo que le pasó a Apolo Anton Ohno, que anduvo un poco perdido hasta que aterrizó de nuevo en Dancing with the Stars (que es igual de lamentable que la versión que se emitió en España) después de haberlo hecho en los inicios de su carrera (donde consiguió la primera nota perfecta del programa con una rutina de samba, nada que ver con los míticos dieces de Nadia Comăneci por si te lo estás preguntando). Pero obviamente esto se le quedó corto y decidió meterse a actor, consiguiendo para empezar un pequeño papel de sospechoso en un capítulo de Hawaii Five-O.

Ahora le llega su primer papel importante en un largometraje, que aunque lo hace acompañado de Danica McKellar (que no te sonará de nada hasta que te diga que es la que interpretaba a Winnie Cooper en la otrora famosa serie Aquellos maravillosos años), constituye todo un retroceso en sus planes de labrarse una carrera como actor. ¿Por qué digo esto? Pues porque el largometraje donde participa es uno de esos telefilmes de SyFy (lleno de secundarios de series de ciencia ficción rodadas en Canadá) cuyo consumo no es recomendable si no estás acompañado por tus amigotes y un gigantesco barril de cerveza (esto último es tal vez lo más importante).

Primero, el impactante título, por si con esto te conformas: "Tasmanian Devils" (2013); aunque si eres valiente siempre puedes ver el infumable y sangriento trailer (te recuerdo que es bajo tu responsabilidad, avisado estás):

En fin, "lo único que he sacado en claro de todo esto es que SyFy aún no ha llegado al límite de producir películas cada vez peores".