50 años viajando por la galaxia

Hace 50 años que se emitió por primera vez un capítulo de Star Trek en televisión, una de las series más longevas de ciencia ficción y de las que acumula más seguidores. Cabe preguntarse el porqué de su éxito y la razón de que me guste tanto, hecho que hace que la defienda a capa y espada entre mis amigos (aunque suelo fracasar como comprobarás en los comentarios que se van a verter al final de esta entrada).

Star Trek es la única saga de ciencia ficción con un material audiovisual apreciable que parte de la premisa de la utopía. Las demás son distopías más o menos complacientes. Por ejemplo en Star Wars se nos muestra un conflicto entre diferentes facciones humanas por controlar la galaxia (los alienígenas participantes son mero atrezzo), en Battlestar Galactica y en Terminator una huida hacia delante escapando del levantamiento robótico, en Stargate (la más parecida formalmente a Star Trek en cuanto copia sin pudor gran cantidad de argumentos) el inmiscuimiento casi colonial en los temas galácticos por parte de los terranos, en Doctor Who las disquisiciones y de un extraterrestre benévolo que ama a los humanos (un dios antropocéntrico, de ahí que no gusten tanto las dos últimas temporadas de esta serie al centrarse más en él y menos en los humanos) y sus interacciones en los asuntos del universo entero, etc. Tal vez la única que se salvaría de la quema podría ser Babylon 5, que tiene un enfoque ligeramente parecido. De entrada, si lo piensas bien, en ninguno de estos escenarios es bueno ser un ser humano cualquiera.

Por contra en Star Trek (salvo cierta deriva cinematográfica de la que no voy a hablar en tan señalado día) nos encontramos un futuro prístino no exento de conflictos (ya que algo tiene que mover a sus protagonistas a lo largo de la saga) donde se ha abolido el dinero, el trabajo se realiza por la valía del sujeto y para su propio crecimiento personal, no existe el racismo o la xenofobia (en más de un capítulo se ha tratado hasta el sexo interespecies), existen leyes supremas que regulan la no injerencia cultural o económica en otros mundos, la tecnología se utiliza intensivamente y la ciencia es la religión predominante, la Tierra pertenece a una Federación de Planetas igualitaria donde no lleva la voz cantante (por ejemplo el Presidente no suele ser humano), amén de tratar de resolver todas las disputas mediante la diplomacia y solo recurriendo al conflicto armado como última opción. ¡Vamos, todo lo que nos gustaría ser pero tenemos miedo a ser!

En fin, "solo espero que el reinicio de la saga en televisión nos traiga otros 700 capítulos en los próximos 50 años. Al menos significaría que hay un grupo de gente apreciable que sigue creyendo que podemos ser mejores de lo que somos".