Ayer la actualidad política me impidió publicar mi opinión al respecto de la alocada propuesta de Elon Musk para colonizar Marte en 8 años. Digo alocada porque como es costumbre en él se ha dejado por el camino muchos datos fundamentales para acometer semejante misión. No sólo se necesita un cohete reutilizable de dimensiones titánicas para acometer semejante gesta sino también también tener en cuenta cuestiones vitales para que concluya con éxito, como por ejemplo el escudo antirradiación de la nave interplanetaria para el caso de que ocurra una tormenta solar durante el viaje, un estudio geológico y meteorológico exhaustivo del lugar de aterrizaje para que las sustancias que se plantean utilizar para construir la futura colonia se encuentren accesibles y las condiciones del lugar sean estables durante la construcción de ésta, etc. Imponderables sólo accesibles mediante una misión previa mucho más pequeña.
Lo que presentó el martes Elon Musk era más bien una especie de Lego de inmensas proporciones, dígase la simple acumulación de 42 motores Raptor embutidos en una única carcasa, combinado con la trilogía de marciana de Kim Stanley Robinson (hasta el número inicial de colonos coincide con el de estas novelas, mientras la fecha de inicio de la misión solo se adelanta 2 años), todo ello presentado en un elegante vídeo hecho con CGI:
Dejando aparte que el plan es tan ambicioso que cuesta creer que un inversor serio esté interesado en él y que cualquier problema que surja en la hoja de ruta planteada supone automáticamente un retraso de 2 años hasta que aparezca una nueva ventana de lanzamiento, me parece alucinante que se estén planteado ya mandar un aterrizador Red Dragon en el inminente 2018 cuando se ha demostrado a lo largo de las últimas décadas las dificultades inherentes a un aterrizaje de esta características.
En cuanto a lo de terraformar ipso facto Marte, no sé, sin haber confirmado aún la no existencia de vida en Marte me parece aventurado en demasía. Imagina que consiguen llegar y que en el acuífero que utilizan para la colonia se encuentran de pronto microorganismos marcianos. Entonces, ¿qué harían? Lo ético, o sea paralizar todo el programa de colonización, o lo que manden los patrocinadores, esconder a la Humanidad la existencia de ésta. Esa es una de las ventajas de una misión más pequeña y que no implique un plan de colonización inmediata.
En fin, "creo que en todo este proyecto pesan más las ganas de Elon Musk de llegar a Marte antes del apocalipsis de la Tierra (en el que estoy en parte de acuerdo) o personal, dígase su muerte, que un proyecto de investigación serio de nuestras posibilidades de colonizar Marte. Pero que le vamos a hacer, es lo que tiene la astronáutica vaquera que se ha impuesto a lo largo de esta década".
Le faltan, pruebas, años, dinero... nuestra generación no verá ese sueño, pero si que veremos a Susanita como líder sociaTila y a partir del 19 de octubre en Syfy podremos ver Primeval, New World. (Yo es que no me atreví a verla allá por el 2013)
ResponderEliminarA mi me gusta este análisi : http://www.antipope.org/charlie/blog-static/2016/09/what-else-can-you-do-with-a-bi.html#more
ResponderEliminarTL,DR: Con que funcione el cohete que proponen, los cambios en la explotación espacial a corto plpazo podrían ser de traca.
Estoy de acuerdo con lo que dice el artículo, mi crítica iba más por la surrealista propuesta de colonización exprés marciana.
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