Limpieza de taller

Una de las funciones más desagradables de los profesores de Tecnología es limpiar el taller antes de que empiece el curso. Podrías pensar que soy un quejica porque me toque pasar un poco la escoba, pero estás confundido. Una limpieza de esta naturaleza consiste en desmontar y destruir los proyectos realizados por los alumnos en el curso anterior.

La razón de hacer esto es sencilla. Se necesita espacio para poder acoger los proyectos del nuevo curso. Y además existe la necesidad de reciclar todo el material salvable, dado que ¿para qué comprar material nuevo pudiendo reutilizar el viejo? Con esto me refiero a tornillos, arandelas, perfiles, motores, interruptores, cables, etc.

Pero hoy me he dado cuenta de un hecho curioso: "destruir es muchísimo más eficiente que construir."

Hagamos unas pequeñas cuentas. Un grupo de taller típico está compuesto por cinco alumnos, lo cuales dedican a la construcción del proyecto una media de 40 minutos por sesión de trabajo (aquí ya he eliminado el tiempo que necesitan para sacar y guardar el proyecto, además del tiempo invertido en limpiar su puesto de trabajo). Si tardan en construirlo un trimestre, esto harán unas 11 sesiones de trabajo. Por lo tanto entre cinco alumnos tardan una media de 7 horas y 20 minutos, o lo que es lo mismo, como se diría en un astillero, se requieren 36 horas y 40 minutos de trabajo para su finalización.


Si tenemos en cuenta que hay 6 grupos de taller por cada grupo de la ESO, que hicimos proyecto en 1º y 2º, y que en mi instituto existen 5 líneas, tenemos que el total de horas trabajadas por los alumnos en la realización de los susodichos proyectos asciende a 2.200 horas, que equivalen a 91 días y 16 horas.

Bueno, ahora ya te estarás preguntando: ¿Cuánto tardamos en hacer nuestra limpieza de taller? Unas 2 horas y media entre 3 personas, reciclando el 60% del material. Es decir, que dedicamos unos 12 segundos para destruir el trabajo de una hora.

Al final, después de un trabajo metódico y ordenado (espero que no te haya transmitido la sensación de que fue una "orgía de destrucción masiva"), los 30 puentes y las 30 grúas quedaron reducidos a unos montoncitos de perfiles, tornillos, motores, tuercas, etc. Utilizando como arma simplemente tres destornilladores, un par de llaves y un martillo.

Creo que hoy "me he sentido un poco identificado con la historia de "Momo", aunque no me gusta el papel que me corresponde."